Mª Carmen González
Os invito a descubrir nuevos lugares, espacios siempre vinculados con el vino y la vid: hoteles, bodegas, ciudades… Ese paraje al que acudir el fin de semana o al que viajar aunque sea en sueños; lugares, como diría otra Carmen, para pasarlo divinamente.
Cité du Vin: toda una ciudad para descubrir el alma del vino
En la ribera del Garona, en la zona nueva de Burdeos, se alza imponente el edificio de la Ciudad del Vino (Cité du Vin), un coloso de 14.000 metros cuadrados inaugurado el pasado 1 de junio y en el que poder conocer de una manera activa y amena todos los secretos del vino; un destino imprescindible para los enófilos con el que descubrir, a través de todos los sentidos, el alma del vino.
Una bodega en el escenario de la Batalla de Almansa
Sobre el campo de batalla en el que el 25 de abril de 1707 se enfrentaron los ejércitos partidarios de Felipe V y del archiduque Carlos de Austria, en el llano de Almansa, renace de nuevo hoy la vida y la esperanza de futuro. En este emblemático lugar, que marcó el devenir de la historia de España, se asientan hoy en día los viñedos y la bodega Hacienda El Espino, de los que salen unos vinos que no podían tener otro nombre: 1707.
Escaladei, el origen de la cultura vitivinícola en el Priorat
A los pies del Montsant, en el interior de la provincia de Tarragona, se encuentra la cartuja de Escaladei, un vasto complejo del que hoy solo quedan en pie pocos restos pero que durante siglos fue un importantísimo centro espiritual, artístico y cultural.
La bodega más antigua de Valencia tiene ¡¡800 años!!
Posiblemente hemos paseado decenas de veces por los alrededores de la calle Baja y de la plaza del Árbol de Valencia sin percatarnos de un gran tesoro escondido: los restos de la bodega más antigua de la ciudad.
Probablemente a un peninsular resulte desconocida, a la vez que divertida, la palabra guachinche o guachinchear. Sin embargo, para los habitantes de las Islas Canarias, especialmente los del norte de Tenerife, los guachinches (bochinches en Gran Canaria) son toda una institución. Y sí, además de sonar divertido, los guachinches también lo son.
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