7 noviembre, 2024
Berta López
En momentos de tragedia, las comunidades revelan su verdadera esencia. La reciente catástrofe provocada por la DANA en la Comunitat Valenciana ha dejado una huella profunda, y los sumilleres valencianos, liderados por la destacada figura de Mª Luisa Martín, han mostrado una respuesta conmovedora, poniendo en práctica la solidaridad de una red que va mucho más allá del mundo del vino.
Mª Luisa Martín, expresidenta de la Federación de Asociaciones de Sumilleres de la Comunitat Valenciana, comparte cómo la comunidad de sumilleres ha movilizado todos sus recursos para atender las necesidades de los afectados. Desde el primer momento, a través de una red de comunicación establecida en WhatsApp, sumilleres y empresarios del sector han organizado un canal de ayuda eficiente y eficaz, brindando asistencia allí donde más se necesita. La respuesta ha sido inmediata, con voluntarios, aportaciones y una dedicación que ha sobrepasado cualquier expectativa inicial.
El centro de operaciones para estos esfuerzos ha sido Benetússer, donde Carlos Falcó, compañero de profesión y testigo directo de la tragedia, ha coordinado la ayuda desde el colegio Blasco Ibáñez. Allí, decenas de voluntarios han clasificado y distribuido materiales esenciales. Desde distintos puntos de la Comunitat Valenciana, sumilleres, empresas y ciudadanos solidarios han enviado alimentos, agua, ropa y material de primera necesidad, incluyendo maquinaria de limpieza para los afectados. La generosidad ha sido abrumadora, con camiones y tráileres llenos de provisiones dispuestos a ayudar sin descanso.
A través de la plataforma de Encuentros Empresariales de La Marina, coordinada por Francisco Javier del Castillo y Jorge Marroquí, se han enviado hasta el centro de ayuda en Benetússer un total de 215 palets de alimentos y productos de primera necesidad, además de otras provisiones esenciales. Además, se tiene pendiente la compra de 30.000 latas de conserva. La solidaridad de la red ha permitido recaudar hasta hoy un total de 70.038 €, destinados a cubrir las necesidades más urgentes de los afectados. Esta ayuda ha sido recepcionada y clasificada por Carlos Falcó, permitiendo que llegue organizada y lista para su distribución.
A pesar de las dificultades burocráticas, la red de sumilleres ha continuado su labor, incluso en zonas aisladas donde la ayuda no llegaba. Gracias a la colaboración entre voluntarios y la participación de empresas y asociaciones, han logrado llegar a localidades como Chiva, Cheste y Torrente, donde la falta de luz y agua ha convertido cada ayuda en una bocanada de aliento.
Mª Luisa Martín destaca la importancia de la organización y la acción directa, impulsando a sus compañeros a no quedarse en lo general, sino a enfocarse en necesidades concretas y lugares específicos. A pesar de las trabas y la falta de apoyo institucional en algunos casos, los sumilleres valencianos continúan adelante, haciendo lo que mejor saben: unir fuerzas y brindar una ayuda precisa y sincera. En estos momentos de adversidad, la solidaridad y el compromiso son un ejemplo de humanidad y cercanía que devuelve la esperanza a quienes más lo necesitan.
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