21 marzo, 2024
Pedro G. Mocholí
El concepto de Wine Bar no acaba de implantarse con criterio en nuestra ciudad. Bien porque la oferta de vinos a copas es insuficiente, bien porque la gastronómica no está a la altura.
Pero como diría mi padre “no hay mal que cien años dure, y que nadie lo presencie”, pero por fortuna esa sensación se ha acabado, pues Luca Bernasconi y Paco Senís hace unos meses que abrieron en el barrio de Ruzafa “Le Bar de Vins”, un espacio que aúna ambos conceptos con un resultado más que satisfactorio.
Junto a Paco y a Luca no falta Marta, la mujer de este último, y por la que pasan las inquietudes gastronómicas del mismo.
En la mayoría de los locales que ofrecen una variada oferta de vinos, tanto a copas como por botellas, la oferta gastronómica se difumina entre chacina ibérica y diversas tablas de quesos, pero sin profundizar en ninguna de ambas. Sin embargo, aquí encontramos un equilibrio entre ambas sensaciones, dignas de mencionar y valorar.
Es una cuestión indiscutible que la proximidad del Mercado de Ruzafa ayuda a que su cocina se nutra a diario de producto fresco. No podemos olvidar que buena parte de los locales que han abierto Luca y Marta han sido en este barrio, por lo que lo conocen a la perfección y cualquier necesidad que pudiera surgir la tienen más que solventada.
Reconozco que las veces que los he visitado, la oferta gastronómica me ha sorprendido por el alto nivel de tapas que ofrecen y que cambian dependiendo de la oferta del mercado.
Los platos vienen marcados por influencias clásicas y tradicionales con una variedad lo suficientemente atractiva para satisfacer a los paladares más selectos que acudan.
De mis visitas destaco las croquetas de jamón, las anchoas con mantequilla, el ajoarriero o el tataki de picaña. Punto y aparte merecen las huevas de sepia rebozadas y acompañadas de un pimiento confitado muy logrado.
En el apartado de vinos, la nómina es larga, muy larga, encontrando vinos de pequeños productores que tanto Paco como Luca conocen a la perfección, por lo que alguna primicia es muy posible que caiga en su paladar y sean de los primeros en probarla.
El local tiene un gran atractivo, pues la pasión que ambos poseen por el vino la trasmiten con gran sensualidad. Te hablan de él con la normalidad propia de un amante, no la de un poseso que te quieren epatar con todo su conocimiento, una sensación que se agradece.
Le Bar de Vins es un espacio sugestivo donde la oferta gastronómica está a un magnífico nivel, apto a todos los públicos y de gustos tabernarios, al igual que los vinos, donde se sorprenderá del alto nivel que encontramos, y del que nos hacen partícipes, encontrando clásicos y sobre todo sorprendentes desconocidos que provienen de pequeños productores que ofrecen joyas que aún están por descubrir, pero solo por poco tiempo, se lo aseguro.
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