31 julio, 2018
Jaime Nicolau
La zona baja de Castilla La Mancha, esa que mira a Sierra Morena y que abraza raíces de la orden de los Calatrava, esconde rincones bellísimos, algunos conocidos por su enorme patrimonio cultural, pero también en materia gastronómica. Hoy hacemos parada en Almagro. Y es que estamos en una localidad que bien podría ser la capital del Teatro en España, con su más que conocido y exitoso festival, en una plaza espectacular, rodeada de corralas. Pero hoy no les presentamos Almagro por su parte cultural, a la que sumaríamos los bolillos, su casco antiguo, su parador, su hospedería…
Hoy les hablamos de Almagro como la capital del Torrezno, ese plato tan español que convive en las dos Castillas y que hay que poner en su justo valor ahora que parece que sólo se lleva la «gastrococina» en miniatura. Pues sí, justo ahora, es cuando se puede sacar pecho de una elaboración tan nuestra, y que en un pequeño rincón de Almagro elevan a la categoría que merece. Estamos en La Tabernilla de Almagro, huyendo a la vez del bullicio turístico de otras zonas de la localidad, y los consiguientes sobreprecios. Es el rincón de Julio, su propietario, todo amabilidad en el trato y firme defensor de los sabores de siempre, también con algún toque de vanguardia, en este pequeño rincón de la ronda de la localidad.
No crean que van a ir a La Tabernilla únicamente a probar el torrezno porque se equivocan. Una vez pisen este pequeño y coqueto local, o su terraza, estarán atrapados para siempre.
Vamos con el torrezno. Se trata de una tira de pancita, bastante gruesa, muy bien frita. Es Soria su hábitat natural en España, pero eso no quita para que otros se atrevan con su preparación. En La Tabernilla, el torrezno es de unas dimensiones sobrenaturales pinchado, cómo no, sobre un pedazo de pan y coronado por otro de berenjena de Almagro. Recomiendan uno para compartir dos personas y a fe que aciertan. Y uno entiende por qué este local se ha ganado una más que merecida fama desde la sencillez, y brillantez, de este plato. Ahora que se lleva el fitness, el culto al cuerpo, las cero grasas, los cero azúcares, etc. este pequeño rincón gastronómico de Julio se permite el lujo de levantar un monumento frito, con su corteza y su grasa que es capaz de transportar la mente a recuerdos de otra época. Pues eso, que olé sus c…
Porque la gastronomía sólo tiene sentido si se hace desde la honestidad y cuidando el producto de cercanía. Y aquellos que son capaces de sacarle rédito y brillo a la gastronomía de las abuelas tienen nuestro respeto ganado. Porque las modas pasas y la tradición siempre queda.
Pero no sólo de torreznos vive La Tabernilla. Entre las tapas más destacadas que encontrará: queso frito, ensaladilla, croquetas de choco en su tinta o de queso manchego de 14 meses con miel, por ejemplo. O la degustación manchega, o el paté de perdiz, asadillo o pisto… Ojo a las raciones. Valoren aquellas en las que se puede optar por 1/2 ración.
Y los que prefieran cuchara tampoco tienen excusa: migas de pastor, gachas manchegas o callos con garbanzos, son algunas de las recomendaciones. Lo mismo que los carnívoros, con las chuletas de lechal, los lagartitos ibéricos o el solomillo. Dejen un hueco para los postres caseros como el pan de calatrava o la tarta de galleta.
Así que ya lo saben. Desde hoy tienen una excusa más para visitar la bella localidad manchega de Almagro. En esa Mancha que mira a Sierra Morena se eleva el torrezno a la categoría de monumento.
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