3 junio, 2025
Texto: Jaime Nicolau / Vídeo y Foto: Vicent Escrivà y Fernando Murad
Olga Sarrión empieza a pisar en Mustiguillo con personalidad. Apunten el nombre porque se vienen nuevos tiempos en el templo del vino valenciano en el que su padre, Toni Sarrión, ha convertido Bodegas Mustiguillo. Un trabajo a conciencia y cincelado piedra a piedra a base de tesón y de no renunciar a unos ideales en los que pocos confiaban hace tres décadas. Olga pateaba de niña la Finca El Terrerazo cada vendimia. Con sus hermanas paseaba por el campo junto a su padre y su madre Alicia Silvestre. Incluso jugueteaban en la mesa de selección. Fue, como cualquier joven, quemando etapas de formación que parecían terminadas con su licenciatura en Bioquímicas en Navarra. Pero nada más lejos de la realidad. Fue entonces cuando llegó el dichoso click que te cambia la vida. Se dio cuenta que no se veía entre las paredes de un laboratorio. Y llegó la conversación inesperada con sus padres: «quiero estudiar enología». Y no porque no les hiciera ilusión, que se la hizo. Sino porque Toni y Alicia siempre han abogado por dar libertad a sus hijas en ese camino de la vida de constante elección.
«Olga es una persona sensible, que es un valor muy importante en el mundo del vino. Tiene personalidad, su propio criterio, valores y es muy trabajadora. Va a ser capaz de reflejar vinos con tipicidad sin copiar nada porque lo lleva en ADN y lo ha vivido en casa», explica el orgulloso padre sentado en una barrica en las entrañas de Mustiguillo.
«He vivido el proyecto Mustiguillo desde muy pequeña con mis hermanas correteando en las vendimias, en el viñedo con mi padre, en la mesa de selección. Es algo que siempre he tenido dentro. Pero el click tengo claro que se produjo cuando acabé la carrera, en una visita a la bodega un verano para ver el trabajo de suelos que estaba haciendo Pedro Parra. Me impactó muchísimo su trabajo y cómo estaba cambiando con él la manera de trabajar en la bodega. Ahí decido estudiar enología y ahí ya acabé de enamorarme por completo. Empecé a poder entablar otro tipo de conversaciones con mi padre hablando el mismo idioma, catar juntos, viajar a otras zonas del mundo del vino”, explica Olga con un relato tan sensato que llega directo al corazón.
Vamos conversando de manera improvisada con los dos protagonistas de esta bella historia. “Desde muy pequeñas les he dicho a mis hijas que tenían que ser personas válidas, que hiciesen algo que realmente les gustase. Ellas decidieron elegir su camino. Olga estudió Bioquímicas en Navarra. En sus prácticas en Valencia en el IVO se dio cuenta que estar encerrada en un laboratorio no era lo que le llenaba. Le gustaba mucho más el mundo del vino, el de la empresa, el de interpretar cosas. Ahí nos llama para decirnos que quería hacer enología en Madrid. Creo que tiene todos los mimbres para ser una gran profesional del sector. Necesita acabar esa parte de la formación que no es universitaria. A mi me gusta decir que es vivencial. Estar con los mejores y aprender de ellos. Yo me incorporé al mundo del vino más mayor, pero ella tiene todo el tiempo del mundo y más formación de la que tenía yo para tener más recorrido que yo”, añade Toni profundizando en la explicación de Olga.
Pero si hay algo en lo que coinciden, es que a ambos les cambió la manera de entender el mundo del vino el trabajo de suelos con Pedro Parra. “Me cautivó su trabajo con los suelos. Tanto que mi trabajo de fin de Enología fue esta parte de estudio de suelos. Quiero seguir empapándome de como trabajan en todas las parcelas de la bodega, pero centrándome mucho en ese trabajo que hemos estado haciendo con los suelos y ahí nace la gama Pela Roques. Esta familia de vinos es un enfoque total a lo que es el terreno y las distintas zonas del viñedo, sin olvidarnos de expresar bien las variedades. Empezó mi padre con el syrah, pero la bodega tiene por bandera la bobal y la merseguera, y queríamos hacer algo distinto con estas variedades. Es una manera de hacer algo más personal, pero evidentemente teniendo como respaldo todo el trabajo de mi padre”, argumenta la nueva integrante de esta nueva generación Sarrión.
Que se conocen con mirarse salta a la vista. Le preguntamos a Olga por el mejor consejo que le ha dado su padre y lo tiene claro: “mi padre no es de dar consejos. Él te los da con su forma de actuar: trabajo duro, perseverancia y mucha humildad”. Está radiografiando al Toni Sarrión que nosotros hemos conocido en estos últimos 20 años. Ese enólogo de arrolladora personalidad y pensamiento clarividente que nos ha conquistado el corazón y nos ha hecho, además de periodistas, unos fieles parroquianos de Mustiguillo, de su manera de interpretar el mundo del vino y la vida misma.
“A nosotros con el tiempo nos tocará dar un paso al lado. Ella tiene claro lo que quiere hacer e imagino que irá incorporando cosas nuevas. Empezará a formar su banda con algunos músicos de los que ya tiene aquí o músicos nuevos y tocará la sinfonía que tocaba su padre o una sinfonía nueva porque tiene que sentirse libre para hacerlo. Yo soy joven todavía pero le cederé el testigo más pronto que tarde ayudándola en todo lo que pueda. Ya es importante que esté aquí y las expectativas las tiene que poner ella viviendo el viaje y el camino”, reflexiona el bodeguero sin remilgos. «Dentro de 10 años veo el proyecto Mustiguillo manteniendo lo que se ha creado, pero incorporando también una línea de vinos más disrruptivos abriendo mucho las puertas», le complementa Olga.
Y así, mano a mano, Mustiguillo abre una nueva etapa en la que el talento de padre e hija van a convivir. Un talento que ya se intuye en aquella niña que correteaba por el viñedo de El Terrerazo cada vendimia.
Se advierte al usuario del uso de cookies propias y de terceros de personalización y de análisis al navegar por esta página web para mejorar nuestros servicios y recopilar información estrictamente estadística de la navegación en nuestro sitio web.
2 comentarios en
Enhorabuena por tu decisión que extiendo a tus orgullosos padres, seguro que tu empeño y saber nos permitirá seguir disfrutando tanto del legado que tomas como de tus propias creaciones. Salud para para tamaña empresa.
Hola Antonio, que grande eres. Me algegro mucho de todos tus exitos que te los has ganado con mucho esfuerzo. Enhorabuena por la familia que tienes.
Un abrazo muy fuerte.
Tu siempre amigo Ignacio Vilar