10 June, 2022
Pepelu González
Entre la conocida antigua autovía de El Saler y Alfafar, rodeados de la vasta extensión de campos de arroz, se encuentra un gran caserío de color azul en el que se puede degustar, con rotunda afirmación, platos auténticos y típicos de la zona de la marjal de la ciudad de Valencia. El establecimiento, conocido como La Matandeta, es un clásico de la gastronomía valenciana. Treinta años avalan su trabajo y demuestran que la tradición familiar y su cocina pasan de generación en generación.
Los productos de Km0 que nutren los platos elaborados en los fogones y en la leña de La Matandeta fueron maridados con una selección de referencias de Ladrón de Lunas. Una bodega fundada en 1916 que, tras varias modificaciones, ha llegado a convertirse, gracias a Fernando Martínez, en un lugar dotado de las últimas tecnologías para la elaboración de sus vinos. “Ladrón de Lunas es un proyecto joven, con 15 años de recorrido. Este ha nacido de algo ya consolidado, puesto que la tradición del vino en mi familia nació hace seis generaciones”.
El propio Fernando Martínez fue el encargado de explicarnos la filosofía de la bodega, haciendo hincapié en que sus elaboraciones son capaces de adaptarse a cualquier tipo de públicos, tanto para iniciados como para paladares más expertos y trabajados. Además, mostró y habló de la extensa gama de productos que en sus barricas y depósitos vinifican, basándose siempre en la tradición. Mistela de moscatel, cavas y vermuts se unen a la extensa amalgama de productos que elaboran en Ladrón de Lunas. Unas elaboraciones que se basan en la calidad del producto a un precio asequible para todos los bolsillos. Una filosofía que les ha servido para que el nombre de su bodega sea más que conocido fuera de las fronteras de Utiel-Requena y Valencia. Fernando, en relación a sus vinos nos contaba: “Nuestros vinos están pensados para que gusten a casi todo el mundo. No son vinos personalistas. Vamos pensando en el público en general, que sean vinos elegantes y aterciopelados que inviten a seguir bebiendo y comiendo”.
En la leña ya se estaba gestando la Paella del Chef, un manjar propuesto por Rubén Ruiz, dueño de La Matandeta y jefe de cocina del establecimiento. Entre los campos de arroz, este nos explicaba la importancia que tienen los productos de la zona de La Albufera en su gastronomía, e incidía en el uso de pescados como la ‘Llisa‘, ingrediente estrella de su conocido ‘Mullador‘. Mientras se conseguía el punto exacto del ‘socarrat‘, comenzó a preparar el plato con el que se abriría boca. Una ensalada en la que reinaban los tomates del perelló y la ‘Llisa‘, una oferta fresca para paliar los calurosos días del periodo estival. Rubén, con sus palabras, trató de exponer el trabajo de su negocio: “La cocina de la Matandeta es una cocina valenciana, familiar. Intentamos trabajar productos de la zona, que le guste a la gente que aprecie la comida típica de la región”.
Toni Sebastián, del departamento comercial de Ladrón de Lunas, se encargó de defender en la mesa lo que, con anterioridad, nos había narrado Fernando Martínez. Por ello, para el comienzo de la armonía, se decidió por el Obejita Azul. Un blanco, 100% Sauvignon Blanc procedente de Francia, que denota una gran frescura en boca, con toques cítricos, balsámicos y una buena acidez , capaz de combinar a la perfección con el sabor del tomate y limpiar las papilas gustativas tras cada bocado de ‘Llisa‘. Una perfecta elección que sirvió para dar paso al momento más esperado, la llegada del arroz.
La ‘Paella del Chef‘, apodada así por Rubén, se fundamenta en sus propios gustos, acorde a los productos de temporada que llaman poderosamente su atención. En esta ocasión fueron las gambas, una gran variedad de verduras y un toque de mariscos fritos, con un fondo de tomate y sepia, los ingredientes que cumplimentaron el arroz. Una fusión de altos vuelos que merecía un maridaje de la misma magnitud. Toni, no falló con su elección, decidiéndose por el Cava Ladrón de Lunas Brut Nature compuesto por 10% Macabeo y 90% Chardonnay. Un espumoso nacido de la conjunción de las mejores uvas Occidentales de Requena, cultivadas en exposiciones norte y de la paciencia y quietud de su crianza en la bodega de Ladrón de Lunas.
El servicio, excepcional, corrió a cargo de Helena Gálvez, mujer de Rubén y descendiente de los fundadores de La Matandeta. Un lugar con una historia sin igual que les ha servido para, después de treinta años, convertirse en todo un referente en esta zona tan turística de la ciudad de Valencia. Un rincón escondido entre los campos de arroz que hay que visitar si se desea degustar comida tradicional en un ambiente tranquilo.
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