16 septiembre, 2016
José Antonio López
Mi amigo Álex, que tiene buen ojo para los restaurantes, me invita a conocer uno que va a sorprenderme. Siempre estoy abierto a lo nuevo y si además un entendido como Álex me lo dice, mucho más.
Coche en ristre y camino a Alcàsser directos a la avenida Maestro Serrano, 21. La verdad es que esperaba uno de esos entrañables y maravillosos restaurantes de pueblo donde he pasado y pasaré grandes momentos de mi vida. Sitios auténticos donde se disfruta de una gran gastronomía y de mucha amistad.
La primera sorpresa me la llevo cuando veo la fachada de K-anròs. Sobresale de todo el entorno y te invita a entrar. Y lo hago y me encuentro ante un espacio diáfano donde los blancos y los rojos intensos casan y crean ambientes distintos. La decoración sencilla y atrayente. Están cuidados todos los detalles, hasta los más pequeños. Mesas que te invitan a sentarte, mantelerías, cuberterías y cristalerías que te atraen como los cantos de sirena, pero esta vez con autenticidad.
Aquí hay gusto. Aquí han sabido hacer las cosas. Hay profesionalidad y hay Rosa…
Nos reciben Paquito y Jaume. Son los cabezas visibles del restaurante, aunque toda la familia y el equipo de colaboradores crea una piña que te envuelve con su simpatía y su saber hacer.
Cruzamos unas pocas palabras de cortesía y casi nos obligan a sentarnos. No nos supone ningún esfuerzo. Entiendo que el equipo no va a hablar, sino a demostrar. Alabo a Jaume el gusto que tienen en todo el restaurante y me sonríe como diciendo “y lo que te queda por ver”.
Y es que todo gira alrededor de una activa mujer de 94 años, la abuela, que ha creado escuela, que ha sabido transmitir los valores de la familia y, a la familia, la gran cultura culinaria que ella aprendió de sus mayores.
Desde los ocho a los dieciséis años, Paquito está con la abuela acompañándola. Pegado a ella y absorbiendo la sabiduría de esta gran mujer. En estos momentos, Rosa, se encarga de cocinar para toda la familia y comienza un baile de conocimientos entre abuela y nieto.
Tanto es así que Paquito no quiere hacer otra cosa que no sea cocinar y comienza a dar sus primeros pasos bajo la tutela de la abuela, y luego se incorpora a la escuela de Hostelería de Cullera.
Tomate, queso y albahaca. Croqueta de pollo. Espuma de aceitunas con mejillón. Acaba de llegar el primer plato y la sensación es magnífica, el sabor, insuperable. Creo que he soñado más de una vez con esa croqueta de pollo. Tan sencilla, tan magnífica.
Jaume ha elegido un vino Fuente Milano del 2015. Un verdejo de Castilla-León. Realmente bueno.
Paquito está practicando en distintos locales y llega el momento en que se plantea abrir su restaurante, pero que además ofrezca servicios de empresa, catering y lo que haga falta con tal de disfrutar de su pasión. La hostelería.
Y seguimos con una llisa adobada que permite a Jaume esbozar una sonrisa cuando nota cara de satisfacción entre sus comensales al paladear un plato tan sencillo como exquisito.
Y en este proyecto, que comienza en el 2000 y bajo los auspicios de la gran Rosa, la no menos grande Isabel (tía incansable que también está con ellos). El padre Jaume, la madre Gloria y todo el equipo que poco a poco se va conjuntando. Javi, Chimo, Miquel, Benny y Laura. Además, lógicamente, de Paquito y Jaume.
Familia que cocina unida, permanece unida.
Volvemos a la mesa y esta vez ya nos dice Jaume que hay que comer más y hablar menos y como si le fuese la vida en ello, nos planta delante un guiso de pilota valenciana que viene dispuesto a crear historia.
Descorchamos una botella de tinto 6º Elemento para recibir una impresionante paella de secreto ibérico y setas.
Nada que decir y mucho que admirar.
Una crema de frutos de la pasión con melocotón en almíbar, helado de maría luisa y coca de arrop culminan este despliegue culinario. Y aún nos preguntan si nos hemos quedado con apetito.
Hablo con mis anfitriones. “Nuestra cocina es sencilla. Fresca y de mercado. Todo lo elaboramos nosotros y nos gusta añadir unos toques creativos que le dan otra dimensión a nuestros platos, pero, como veréis, la sombra de la abuela Rosa, la de la tía Isabel y la de mi madre Gloria están tan presentes y nos hacen pasar tantos exámenes diarios que seguimos con la tradición de mantener una buena cocina para todos los gustos. Sencilla y auténtica”.
Y añaden: “no pretendemos llegar a ninguna altura de esas raras. Lo único que queremos es ser felices y trabajar para dar satisfacción a nuestros clientes, al tiempo que nos realizamos como profesionales. Estamos convencidos de que se nota un halo distinto de energía cuando entras al restaurante”.
De energía y poderío. De saber hacer y de comunicarlo con las obras, no con las palabras. De un respeto por Rosa y todo lo que representa.
Álex y yo salimos de K-anròs con una gran satisfacción y, si me permiten, con un poquito más de amor que absorbimos del equipo que nos atendió en su casa.
Aún queda mucho más. Pueden ir a por su parte.
K-anròs Restaurant está en la Avda. Mestre Serrano, 21. En Alcàsser. Su número de teléfono es el 96 143 11 66.
Se advierte al usuario del uso de cookies propias y de terceros de personalización y de análisis al navegar por esta página web para mejorar nuestros servicios y recopilar información estrictamente estadística de la navegación en nuestro sitio web.
0 comentarios en