21 diciembre, 2022
Berta M.ª López.
Juan Carlos García es uno de esos químicos que ha acabado escogiendo el camino de la enología. Una vocación anunciada si tenemos en cuenta que proviene de una familia de viticultores; sus antepasados ya elaboraban vino y lo comercializaban a granel. Fue en 1998 cuando nuestro protagonista, junto a su hermano, fundaron Bodegas Torroja: una casa de vinos pionera en el embotellado de un vino monovarietal tardana con el sello de la DO Utiel-Requena.
Conocedores del potencial de la tierra en términos tintos, siempre han velado por reflejar la innata calidad de la bobal como símbolo de una comarca. Con Juan Carlos como director técnico, la bodega llegó a producir más de dos millones de botellas, un culminante éxito que solo una crisis podía frenar, y así fue.
Y entonces aparecieron Narciso y Raúl, quienes bajo el nombre de Bodegas Vibe consiguieron crear un proyecto con una filosofía comprometida también con las uvas autóctonas para «saborear el Mediterráneo». Un espacio donde Juan Carlos continúa con su labor como director técnico y enólogo, realizando funciones organizativas y técnicas en las fases de supervisión de campo, vinificación, crianza y embotellado.
Su valoración sobre el estado del vino valenciano es positiva. «La calidad de nuestros vinos es buena y el gran objetivo es darlos a conocer», explica él. Considera que la clave para posicionar nuestros vinos en un mercado saturado pasa por poner en valor las peculiaridades de nuestro territorio. «Debemos centrarnos en las uvas autóctonas para sorprender al mundo», concluye.
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