20 octubre, 2017
Mª Carmen González
El Monasterio de Santa María de la Valldigna preside la localidad valenciana de Simat. Fundado en 1298 por el rey Jaume II El Just para la orden del Císter estuvo habitado por los monjes hasta la desamortización de Mendizábal en 1835. Para recordar el esplendor que un día tuvo el monasterio, así como todos los productos y platos relacionados con este tipo de cenobios (vinos, cervezas, aceite…), se está celebrando en Simat el II Encuentro de Gastronomía Monástica.
El encuentro, organizado por el Ayuntamiento de Simat, comenzó el pasado 8 de octubre y finaliza este fin de semana. Con motivo de este evento, diferentes bares y restaurantes de la localidad han preparado menús con platos típicos de la cocina monástica pero adaptados a nuestros días, mientras que hornos y pastelerías han creado dulces especiales con nombres como dits de frare (dedos de fraile); pets de monja (pedos de monja), que son galletas aromatizadas con cítricos de la Valldigna; pastís de Vespra (pastel de Víspera) o braç de frare, un brazo de gitano de naranja.
Durante las dos semanas que ha durado el encuentro se han celebrado también visitas guiadas al monasterio, catas de cavas monásticos, cervezas o vino o talleres de escritura gótica.
Para este fin de semana hay previstas visitas teatralizadas al monasterio (sábado y domingo a las 11:00 horas). El sábado, a las 12:00 horas, habrá cata de quesos monásticos y presentación del libro ‘Formatges valencians’, mientras que el domingo se realizará una cata de panes artesanos, también a las 12 horas.
En cuanto a los restaurantes, cuatro locales servirán menús especiales, compuestos por entrantes, plato principal, postre, bebida y café por 15 euros. Entre los platos a elegir, preparaciones como olla de frare (olla de fraile), un potaje especiado de cordero con tocino y garbanzos; bacalao de Vigilia (lomo de bacalao con alioli gratinado); pollo del jardín (pollo a la menta con chips de boniato) o Tentación Monástica (flan de calabaza con helado de leche merengada), entre otros.
Estas jornadas son una buena excusa para acercarse a Simat y conocer su monasterio, un cenobio del siglo XIII que da nombre a la zona. Y es que según cuenta la tradición, el rey Jaume II, al conocerlo, dijo al albad de Santes Creus: ‘Vall digna per un monestir de la vostra religió‘ (valle digno para un monasterio de vuestra religión). Y de ahí, la Valldigna.
Tras cinco siglos de esplendor, la desamortización de Mendizábal provocó el progresivo expolio y destrucción del monasterio. En 1991 fue adquirido por la Generalitat Valenciana, y comenzó su recuperación. Hoy día podemos visitar el refectorio restaurado, el locutorio, restos del claustro del silencio, la iglesia de Santa María de la Valldigna, ver el recuperado sobreclaustro del Palacio del Abad…
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