3 noviembre, 2022
Berta M.ª López
Aunque su profesión nada tiene que ver con el vino, la ilusión y el amor por el proyecto con el que decidió volcarse hace 13 años no ha parado de crecer: Besalduch Valls & Bellmunt. Economista-Asesor Fiscal, para más inri del sector farmacéutico, Josep María Besalduch reconoce que llegó al mundo vitivinícola de manera inesperada. Casualidades de la vida le llevaron a dirigir una bodega y un Museo del Vino que se ha convertido en referente dentro de la Comunitat. La clave de su triunfo: «haber dibujado un organigrama con personas muy válidas a nivel profesional y humano», confiesa.
Cuando Besalduch tomó las riendas de la bodega, su intención se centró en «hacer renacer una actividad que había sido muy importante en Sant Mateu y que estaba muerta». Un objetivo que ha conseguido con creces gracias a una filosofía que asienta sus cimientos en la pequeña producción para alcanzar la máxima calidad. La dedicación, el cariño y el conocimiento enológico, conforman el terceto ideal de ingredientes capaz de definir la receta del éxito. Este proyecto castellonense vive uno de sus momentos más álgidos, después de finalizar la restauración completa de la bodega y celebrar sus 70 años de gloria.
Besalduch mira al futuro de manera optimista. Considera que el sector vinícola de Castellón está en una línea ascendente y que va a seguir así. Es más, afirma que la IGP Castelló conseguirá el sello de la Denominación de Origen a corto plazo. «Sin duda. Vamos por el buen camino, y no tardaremos mucho», reincide.
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