21 mayo, 2015
La verdad es que no hay nada mejor que pasear por nuestra maravillosa Valencia. Cuando se puede, claro. Y ya que uno pasea en su tiempo libre, hay que visitar a los amigos.
Estuve saludando a Arturo en Aquarium. Sé que, de cara al verano hay cambio de carta y es bueno ponerse al día. No me equivoqué. Parte de los platos calientes pasan a un segundo plano para dar protagonismo a otros más frescos y apetecibles. Las ensaladas, las vichyssoises y el gazpacho entran con fuerza en estos calurosos meses. No significa que cambie toda la carta, las tradicionales sugerencias permanecen, pero está claro que hay que ponerse al día y Aquarium lo hace de maravilla.
Destacamos el pastel de patata. Para que abran boca les diré que es como un brazo de gitano hecho con patata cocida y relleno de tomate, atún, espárragos, pimientos… Esto con las ya mencionadas ensaladas, para chuparse los dedos.
En Tapería Hispania Cortes Valencianas apuestan por los arroces. Manuel, Félix y Enrique se han propuesto que “Valencia huela a arroces” y lo están consiguiendo porque ésta, precisamente, es una de sus mayores especialidades.
Cómodos, fresquitos, en un local recién inaugurado y que ya está levantando pasiones. La idea de transformar las grandes creaciones culinarias en tapas está entrando muy bien en el público.
Apostar por los arroces, es sin duda, una buena elección.
Mantienen su menú de tres entrantes más un arroz, pero, además hay donde elegir. Por si les apetece, que les apetecerá en cuanto lo huelan, podrán elegir entre el arroz de pulpo con vieiras, cazón y gambas con habas, o bien el clásico Señoret. El arroz de dorada con ajetes y trigueros está para repetir. Hacemos hincapié en la auténtica Paella Valenciana, la de siempre, la tradicional, hecha con los mejores ingredientes y mucho amor.
No podemos olvidarnos de la fideuà de vieiras.
Como verán un amplio abanico de posibilidades para satisfacer todos los gustos. Si viene con niños, no se olvide de informarse del menú infantil. Le sorprenderá. Huele a buenos arroces en Tapería Hispania Cortes Valencianas.
En un intermedio estuve en la presentación (posteriormente hubo una cata que dejé a los profesionales) de un nuevo vino llamado Pedralba. Hay que tener valor, fe y ser unos profesionales como la copa de un pino para arriesgarse a recuperar la Plantafina de Pedralba que se perdió en la Edad Media.
Luis Bayo, Ricardo Bayo y Gonzalo Ortega se han propuesto alegrarnos la vida con un excelente blanco.
Sólo tienen dos hectáreas con esta variedad y poco a poco van haciendo realidad una idea, que en su momento era solamente romántica, y que va tomando forma día a día gracias a los esfuerzos y dedicación de estos tres emprendedores. La cosecha ha dado para cinco mil botellas. Ni una más.
Éste es un gran comienzo y para la empresa nuestro apoyo y ánimo. Hablaremos, en otro momento, de este magnífico vino Pedralba.
Todavía resuenan los ecos del maridaje que realizamos en Bobal Resto-bar. “El sepionet que quiso ser morcilla y se quedó en el mar” me lleva de cabeza. Paco me ha prometido enseñarme el secreto. Mantengo la esperanza. Comentamos con Carmen que sería bueno recuperar el postre Albufera, más que nada porque también sienta de maravilla, fresquito, para las meriendas. Inolvidable la Presa Ibérica rellena de queso de cabra y orejones con crema de patata y salsa de caramelo moscovado.
Echo de menos el Capuccino de Esgarraet. Sorprendente. Y cómo no hablar de los vinos de Bodegas Mustiguillo. Ese Mestizaje o el Finca Calvestra o el Finca Terrerazo, maravillosos.
Profesionales a tope en cocina y vinos. Amistad a tope entre todos los asistentes. Volveremos a vernos.
Intuyo que Bobal Resto-bar nos va a sorprender con algo grande este verano. Les mantendré informados.
Para bocaditos, bocados. Saludo a Luis Montes y a Carmen. Les doy la enhorabuena, han tenido un acontecimiento muy bonito para celebrar y lo han hecho como se debe. Hasta aquí. (Luis me mata).
Como decía he ido a “el Paraíso de la cuchara” para enterarme de la nueva carta veraniega del Restaurante Montes. Cada tres meses se cambia y ésta es especialmente atractiva. Llego en el momento en que se van a imprimir.
Luis me informa de que permanece lo básico y lo tradicional. Esa Olla Montes o el Cocido siguen adelante porque también, en verano, apetece darse un homenaje a base de un buen y contundente plato. Lo que ahora cambia es la selección de productos que, como siempre, son de temporada.
Las carnes, los pescados, esas maravillosas paletillas o el bacalao y la merluza son platos reyes.
Aplaudo una iniciativa que Carmen y Luis ponen sobre la mesa. Si usted quiere comer algo especial, por ejemplo cigalas de un cierto calibre o nécoras o algún otro plato, basta con que llame a Montes por teléfono un par de días antes y Luis se encarga, no sólo de localizar el mejor producto, sino de prepararlo tal y como usted quiera. Es una sabia manera de acertar siempre con la garantía de servicio de este gran profesional.
Atención a la recomendación del día. Acertará en su elección porque cambia dependiendo de lo que se puede comprar hoy en el mercado y está mejor.
Relación calidad-precio, indiscutible. Restaurante Montes es todo un clásico. Ya lo saben.
El último bocadito de la semana me lleva a mi reciente viaje a Santapola donde disfruté, como siempre, de la amistad de mi gran amigo Alberto. Comimos en un restaurante junto al mar. Su nombre, La sal. Es un restaurante con una gran terraza y un interior muy cómodo dividido en dos pisos. Categoría junto al mar y profesionalidad a raudales. Tuve la suerte de saludar a Antonio Baile, el gerente. Digo la suerte porque Antonio se divide entre La sal y Vintage un precioso restaurante en el Club Náutico de Santapola.
Volviendo a La sal quedé gratamente sorprendido al comprobar lo cuidado que tienen el local y cada una de las mesas pese a estar a la intemperie. Es normal que haya algún desliz. Aquí no. Todo está en su sitio y en su momento. Olmos, buen profesional y animado tertuliano, nos fue indicando qué y cómo comerlo.
Estupendo. Unos entrantes de calamares, croquetas de jamón, ensaladilla rusa, suprema de pulpo con pimentón, tabla de ibéricos, puntillas, pescaditos… había donde elegir.
Nos decantamos por ibéricos, calamares y croquetas. Un arroz a banda culminaría el menú.
Sarmiento es la persona que hace los arroces en La sal fuimos a saludarle.
Espectacular. Quiere jubilarse. No le dejan. Mejor, así disfrutaremos más tiempo de su maestría arrocera.
No se echen las manos a la cabeza, lo que les he dicho tiene un precio, entre semana de 11 €. Como suena. Un poco más, pero muy poco, los fines de semana. Calidad, servicio y buen precio, incluso en los vinos.
Tienen un atún rojo del mediterráneo espectacular.
Le pedí a Antonio que me ayudara a confeccionar un reportaje sobre este atún y lo que ellos “trabajan” en un espectacular momento. Espero sus noticias.
Están en Santapola. En la Avda. Grande, 4. El teléfono es el 96 541 39 37. Conviene reservar.
Quedo pendiente de hablar de Vintage. Merece un punto y aparte.
Como siempre, gracias Alberto por descubrirme sitios estupendos con gente profesional.
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