El Otro Vino: la vinoteca valenciana con esencia argentina

Berta Mª López / Foto y Vídeo: Fernando Murad, Paula Jiménez y Vicent Escrivà

Valencia tiene un rincón muy especial con un guiño a Argentina. El Otro Vino es uno de esos espacios en los que despertar todos los sentidos, con el vino como claro protagonista. Al frente de este proyecto se encuentran Ricardo y Silvia, una pareja que desde hace ya más de cuatro años decidieron «reinventarse» poniendo en marcha un negocio que daba solidez a esa inquietud personal por el mundo vitivinícola. Ahora, disfrutan de su pasión en un local más grande que les permite incluir degustaciones para maridar con productos gourmet cada una de las referencias que reposan en sus estanterías.

Y es que ‘no hay mal que por bien no venga’: la imposibilidad de continuar con su trabajo habitual ha permitido que Ricardo pueda vivir de su diversión. «Éramos dos aficionados a los que siempre nos ha gustado el vino y visitar bodegas», explica. En ese proceso que supone rehacer su vida en el ámbito laboral, una visita a una bodega valenciana cambió su vida. Recuerdo que estábamos con una amiga y me dijo: «¿Por qué no te montas una tienda de vinos? Y ahí comenzó la aventura», comenta el protagonista. Una hazaña arriesgada, pero con final feliz que hoy les permite vivir de un sueño.

Nuestro anfitrión nos abre la puerta de su casa con la mejor bienvenida posible: una cata con maridaje. Para la ocasión ha elegido un vino muy especial que de manera sutil habla de origen y raíces. Ante nosotros ‘Kempes‘, una botella con intenciones que le sirve para presentar con gusto su país natal: Argentina. «Mi ídolo de toda la vida, fue el que me dio el primer Mundial. Cuando me preguntan si Messi o Maradona, yo siempre digo Kempes y ahora lo tengo hasta en la estantería», ríe Ricardo.

Un vino sugerente con el que ha conseguido captar nuestra atención y que nos invita a probar mientras lo presenta: «está elaborado con las variedades malbec y petit verdot, una mezcla curiosa que suele sorprender bastante. Un vino muy equilibrado, con gran personalidad, armónico y, sobre todo, muy gastronómico: te invita a comer», continúa. Hablando de maridaje nos cuenta que es un vino que armoniza a la perfección con carne «aunque eso es básico viniendo de donde viene», ríe. «Se puede servir con guisados, ternera, cochinillo y quesos», explica. Y es con la última opción con la que decide deleitarnos, un tabla con diferentes tipos de quesos que juegan con las texturas, las intensidades, los aromas, la curación y diferentes tipos de leche. Una explosión de sensaciones que enaltecen con elegancia ambos productos.

Ricardo demuestra tener un gran cariño por el producto local. «Intentamos tener, sobre todo, vinos valencianos. Abarcamos un abanico bastante interesante elaborado en la Comunitat. Trabajamos con muchas bodegas valencianas porque nos sentimos muy a gusto», explica. En su vinoteca el cliente puede encontrar también vermut, cervezas, conservas, dulces… «En definitiva, se puede degustar todo lo que se podría ver en una tienda gourmet», explica. Y aunque no tienen cocina, en su local se puede degustar tablas de quesos, ibéricos, conservas, etc.

Le preguntamos con más detalle en qué consisten las actividades y las catas mensuales que realizan. «Solemos catar cuatro vinos, todos ellos acompañados con una tapa que luego el cliente puede comprar en nuestro local. Damos a conocer el producto y luego si les ha gustado tienen la oportunidad de llevárselo a casa», declara. Una propuesta que atrae a un público muy diverso. «Nos visitan jóvenes de entre 20 y 30 años que antes eran más aficionados de la cerveza, pero que acaban abriéndose hacia el mundo del vino», matiza.

Afrontan la campaña de navidad con muchas ganas e ilusión. «Es una época muy bonita, con mucha oferta y demanda», explica. Ellos elaboran packs personalizados porque entienden que el público es quien mejor conoce los gustos de la persona que recibe el regalo. Una oferta que mantienen durante todo el año, pero sin duda, encuentra su momento más fuerte y álgido durante el mes de diciembre. «Intentamos siempre ofrecer algo diferente, hacerlo de manera distinta y que a la gente le llame la atención. Preparamos cajas, las personalizamos, grabamos copas y todo lo que se pueda hacer para que la gente disfrute», añade. Y es que situando al cliente en el centro, pocas cosas pueden salir mal.

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