16 septiembre, 2022
La empresa familiar Bodegas Ponce, recibió el pasado martes la visita del consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, con motivo de la entrada en vigor, el pasado 1 de septiembre, de la recuperada Ley de la Viña y el Vino de Castilla-La Mancha. Martínez, acudía a la localidad de Villanueva de la Jara, Cuenca, para conocer cómo esta bodega produce sus insuperables vinos que, además, cuentan con el sello de calidad de la Denominación de Origen Manchuela.
Para el consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, esta ley se presenta como «muy necesaria» para la región de Castilla- La Mancha. «Esta región se considera la bodega del mundo y con esta ley defenderemos los intereses de nuestro sector más representativo, el vitivinícola, que supone ya el seis por ciento de la riqueza que se genera en la Comunidad Autónoma», explicaba.
Una de las novedades de esta ley es la distinción de «vinos de finca» que se incluyen por primera vez en España en una normativa. Esto permitirá elaborar el vino con cepas de una bodega dentro de la misma denominación de origen, incluyendo este concepto y el de la DO en el etiquetado.
Junto con el administrador de la bodega, Juan Antonio Ponce Mondéjar, y acompañado por la directora general de Alimentación, Elena Escobar; el delegado provincial Joaquín Cuadrado o las diputadas regional y provincial, Joaquina Saiz y Fátima García, respectivamente, el consejero ha visitado las instalaciones de la bodega en las que se elaboran vinos realizados con variedades autóctonas. Estos exquisitos vinos conquistan ya mercados internacionales y están valorados dentro de las puntuaciones Parker 2022. Además, forman parte de la prestigiosa guía para compradores de vino «The Wine Advocate».
Bodegas Ponce dispone de 50 hectáreas de viñas viejas, contando con una producción ecológica. Al respecto, el consejero ha trasladado que Castilla-La Mancha contará en el próximo programa de desarrollo rural 2023-2027 una nueva ayuda agroambiental para el viñedo de secano, con un presupuesto de 26 millones de euros, con el objetivo de llegar a unas 50.000 hectáreas de este cultivo, para que el viñedo agroambiental de secano siga siendo sostenible y rentable para los viticultores.
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