1 noviembre, 2022
Jaime Nicolau
Mapi Domingo ha asentado su figura entre la enología valenciana a golpe de un excepcional trabajo, un carácter afable que contagia energía positiva y una excepcional labor en todos los proyectos por los que ha pasado, especialmente Sierra Norte, en el que lleva media vida. Natural de Requena el vino rodeaba su vida. Su hermano decidió estudiar enología y ella, pese a que a sus padres les hubiera gustado más que fuera administrativa, optó por matricularse en la Escuela de Enología de Requena. Su hoy marido, el enólogo de Dominio de la Vega Dani Expósito le hizo la matrícula. En 2019 fue elegida Enóloga del Año de la Comunitat Valenciana por sus compañeros de profesión.
Y una vez empiezas, el de la Enología es un mundo tan apasionante, que te atrapa. Antes de terminar sus estudios ya trabajaba en Torre Oria. De ahí dio el salto a Agrovin, empresa de productos y maquinaria para la enología, y aprendió a ver el negocio del vino desde otro punto de vista.
En 2005 recibió una llamada de Manuel Olmo, CEO de Sierra Norte, que cambió su vida. Desde entonces la bodega que ha hecho de la Pasión su lema es su hogar y Mapi un peso pesado dentro del enorme proyecto en el que se ha convertido. Cree que el vino valenciano vive un momento excepcional y que seguirá creciendo: «Cuando las nuevas generaciones de enólogos tomaron las riendas la relación entre los profesionales se abrió mucho más, con muy buen rollo, y lo cierto es que actualmente compartimos muchas experiencias, aunque trabajemos en bodegas distintas. Estoy segura de que esa unión ha servido para que el sector evolucione muy rápido».
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