18 marzo, 2025
De izquierda a derecha: Mario Doria, Néstor Vaccaro, Héctor González y Joan Betancourt.
Pedro G. Mocholí
Barecito es el último establecimiento que se une a la nómina de establecimientos que el Grupo GastroAdictos ha creado los últimos años en nuestra ciudad.
Fue en el 2019 cuando el Bar Mistela abrió sus puertas en la zona de Juan XXIII. Continuaron abriendo La Sastrería en Canyamelar. El siguiente fue el Bar Cremaet en la Avda. del Puerto. En Abastos fue el Bar Cazalla y, en Pío XII, Bajoqueta Bar hubiera sido el último local que abrió sus puertas a no ser porque hace unos días, en plenas Fallas, abrieron Barecito en los bajos del Hotel Meliá Plaza, en el epicentro de la ciudad: la Plaza del Ayuntamiento.
De manera inteligente y meditada han ido abriendo sus locales por los distintos barrios valencianos con propuestas populares y familiares. Solo en La Sastrería han buscado ofrecer opciones más creativas y singulares.
En todos ellos hay un hilo conductor, y ese no es otro que el de ofrecer unas propuestas a gusto de todo el mundo, desde las más sencillas hasta las más elaboradas y cuidadas. Para ello utilizan productos de gran calidad: verduras, pescados, mariscos, carnes o frutas. Gracias a todo ello, el sabor prevalece en todas sus elaboraciones.
No soy muy de acercarme a los establecimientos cuando estos están recién abiertos (siempre hago un comentario en el que digo: no me gusta oler a pintura cuando visito un restaurante). Pero siempre hay que ser flexible y nunca mantener convicciones de por vida. Así que hice una reserva para el pasado sábado para después de la mascletà.
Era un riesgo para el equipo de cocina y de sala recibir a una marabunta como en Fuenteovejuna «todos a una» y salir victoriosos no era empresa fácil. Y sin embargo, tengo que reconocer que salieron victoriosos y con sensaciones muy positivas.
Como he comentado, la base de sus propuestas son tradicionales y las complementan con aquellas de mayor empaque gourmet y sibarita. Una regla que impera en todos sus locales es la cuidada presentación de todos los platos, una cuestión que se agradece.
Anchoas López en Barecito.
Las anchoas siguen siendo de Rafa López, un sinónimo de calidad, al igual que la bravas, con textura crujiente y una bravura contenida.
La croqueta de jamón se mantiene crepitante y explosiva de sabor, con generosidad de trozos de ibéricos y una cremosa bechamel. El rebozado de las gambas lo encuentro un poco excesivo, aunque la acertada salsa tártara le aporta jugosidad.
Carpaccio de gambas al ajillo.
El carpaccio de gambas al ajillo equilibrado y servido a excelente temperatura (hay algunos que te hielan la respiración) y el steak tartar sobresaliente, servido a modo de montadito con una gran armonía entre todos sus ingredientes.
El foie a la plancha recupera su brillo.
La untuosidad de foie a la plancha entusiasma al paladar, generando una salivación extra, al tiempo que demuestra que el foie, lejos de desaparecer de nuestras cartas, está vigente y disfruta de una animada segunda juventud.
Para finalizar, dos platos con sensaciones diferentes: bikini de ternera ahumada a los tres quesos y los puerros a la carbonara de torreznos. Aquí observamos un brindis a actualización de versiones; el bikini nos recuerda al sándwich de pastrami, aportando el toque lácteo de los quesos. Mientras que el toque vegetal de los puerros a la carbonara con torreznos nos resulta refinado y exquisito, encontrando contrastes en las diferentes texturas, manteniendo el toque satisfactorio que se ha mantenido en toda la comida.
Puerros a la carbonara con torreznos.
En el apartado goloso mantiene una línea clásica: la siempre eterna tarta de queso y el agradable coulant de chocolate. En ambas texturas prevalece un toque semi líquido que le aporta una deliciosa jugosidad, consiguiendo una mayor amabilidad gustativa.
Mantienen una bodega amplia y muy bien variada, destacando el servicio de vino a copas, encontrando champagne Taittinger servido en botellas de mágnum (1,50 litro) y el chardonnay Colección 125 Aniversario de Bodegas Chivite son algunas de las etiquetas que encontramos entre las propuestas.
Que podamos encontrar una oferta gastronómica tan solvente como la que nos garantiza los establecimientos de Gastroadictos es una alegría para huir de las franquicias que asolan nuestro centro histórico.
También ofrecen la posibilidad de disfrutar de la terraza que también poseen, ofreciendo el mismo servicio de calidad y esmero que ofrecen en su interior.
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