El bar más pequeño del mundo

No se extrañarán si les digo que había hecho miles de planes para mis vacaciones y que, al final, se han quedado solamente en eso, planes. Uno no es dueño de su destino y, cuando repartieron la suerte, yo no tenía mi número en el bombo. Seguro que no soy el único.

Aun así, he disfrutado del «bar más pequeño del mundo», o al menos, uno de los más pequeños. Se llama La Escalereta del Raval está en Alicante en la calle San Cayetano. Una travesía de Virgen del Socorro, mirando a la playa del Postiguet.

Sólo hay dos mesas en su interior y tres en terraza. La cocina alberga al profesional, pero de lado, no cabe entero. Cuando se junta más parroquia de la normal hay que abrir la puerta por si a alguien se le ocurre estornudar para que no se golpee contra la pared.

Tertulias, amistad y un ambiente de maravilla. Miguel y Carlos, con el apoyo de Javier se encargan de que pases uno de los momentos más felices de tu vida. Pese al tamaño, puedes encontrar tapas de todos los colores y sabores. Sardinas, boquerones, pulpo, salazones, calamares… ni te lo imaginas. Con cada bote de cerveza, tapa de jamón o de chorizo con papas fabulosas. Todo por un euro. Me refiero al bote y la tapa, lo demás a precios para disfrutar. Extraordinaria cocina. Limpieza meticulosa y una atención y mimo al cliente que roza la perfección. No se olviden de los cangrejos. Para ponerles un piso, a los cangrejos, claro.

Enhorabuena a Miguel, Carlos y Javier que consiguen, día a día, que la gente sea un poco más feliz.

Quina caloreta
Aquí tienen el testimonio gráfico de que todo está inventado. Tanto revolico por una frase y resulta que un restaurante emplea «Quina caloreta» desde hace tiempos inmemorables. Buen sitio.

Genial Duna y Skoda
Y el pasado lunes tuve la suerte de que me invitaran a disfrutar de la salida de la Vuelta Ciclista que partía de Valencia. Lo pasamos en grande. Skoda, patrocinador de la vuelta, nos permitió probar sus nuevos coches. ¡Qué pasada!

Estar en el Village compartiendo calor y agua con los ciclistas y vivir, desde dentro, el ambiente de una de las pruebas más bonitas que se hacen en nuestra España, la Vuelta Ciclista.

Skoda hace coches increíbles, pero la atención al personal es insuperable. Albert y Daniel Barro nos regalaron un día para el recuerdo. Acabamos en Duna degustando un maravilloso arroz de rochos y de unos entrantes de fotografía. Merche y su equipo pusieron la guinda al acto venciendo y convenciendo hasta llegar a la meta. No quiero olvidarme de Toni, el profesional que tuvo que “aguantar” el inevitable y pronto avituallamiento de cervezas. Nos salvó la vida a más de cuarenta grados de temperatura.

Palmada en la espalda de Palace Fesol y de Tapería Hispania. Les han levantado la calle para unas mejoras de circulación y todo eso. Ya saben, obras, problemas. Aquí es donde hay que ser fieles y no dejar de ir a los sitios mejores que se ganan su prestigio día a día, minuto a minuto.

Kike, de Tapería Hispania se lo toma con filosofía. Llena todos los días, pero hay que estar con ellos.

Hemos vuelto y hay muchas novedades. Las compartiremos con ustedes. Lo que queda de año va a ser memorable. Prepárense.

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