4 marzo, 2021
Pepelu González
Al noreste de la Región de Murcia, concretamente al norte de la comarca del Altiplano, encontramos Yecla. Una ciudad que da nombre a una de las D.O.P de esta comunidad autónoma. Este municipio de aproximadamente 35.000 habitantes recibió la cultura del vino gracias a la influencia de los fenicios y los griegos, pero fueron los romanos, entre los siglos I y III, quienes explotaron la viticultura en esta región.
Tras la caída del Imperio Romano en España, fueron los árabes, en el siglo VIII, los que encontraron los viñedos de la zona, manteniendo el cultivo de las cepas por el consumo de sus frutos y del mosto sin fermentar. En el siglo XIX los viñedos crecieron hasta ocupar su territorio actual. Esta expansión fue gracias a la influencia de los comerciantes franceses, que tras los estragos que causó la filoxera en los viñedos de su país, encontraron en Yecla el lugar idóneo para suplir sus necesidades comerciales.
Esta tradición vitivinícola se ha mantenido a lo largo de los siglos, dando lugar a una importante industria bodeguera que, en la actualidad, cuenta con una producción de unos 7-9 millones de litros anuales. La DO Yecla se crea sobre los años 70. Es una denominación de una sola localidad. Esto quiere decir que únicamente la conforma el término municipal de Yecla. Un fenómeno muy poco común en España, aunque muy repetido en otros países productores, por ejemplo Francia. Dando un brillo especial a las poblaciones vitivinícolas.
Yecla es una zona de transición entre el interior de la Península Ibérica y el mar Mediterráneo. La característica principal de su orografía es la altitud de la altiplanicie, lo que hace que los viñedos se sitúen entre los 500 y los 900 metros sobre el nivel del mar. Los suelos de la zona suelen ser de tipo calizo, con subsuelos espesos con presencia de carbonatos y superficies arenosas con formaciones de arcilla. La DO cuenta con aproximadamente 4300 hectáreas, las cuales se dividen en dos zonas: campo arriba (900m de altitud) y campo abajo (entre 400 y 450m).
Su clima es mediterráneo, con inviernos largos y fríos y veranos calurosos. Las precipitaciones en esta zona de la península son escasas y suelen darse en forma de aguaceros tormentosos, generalmente en otoño y primavera.
Si hacemos referencia a las variedades que podemos encontrar en la zona, sin duda la autóctona Monastrell es la protagonista, como en el resto de Murcia, Alicante y el sur de la provincia de Valencia. Este tipo de uva supone el 82% de la superficie cultivada en Yecla. Las condiciones que se dan en esta región son idóneas para que muestre todo su potencial ya que, entre sus características, es capaz de soportar con inusitada fortaleza a los largos periodos de sequía.
Aun siendo claramente la más importante, no es la única variedad que podemos encontrar en la zona. Si hablamos de uvas tintas, en la DO Yecla hay vinos elaborados con garnacha tintorera, tempranillo, cabernet sauvignon, syrah, merlot, garnacha tinta o petit verdot. En cuanto a blancas: macabeo, airén, malvasía, merseguera, moscatel de grano menudo, sauvignon blanc y verdejo.
Los tintos con el sello «Yecla» se caracterizan por su capa media alta, su color rojo cereza con tonos granates y violáceos, con aromas balsámicos, especiados y diferentes notas de frutas rojas. En boca, carnosos, cálidos y muy equilibrados.
Nueve son las bodegas que conforman la DO Yecla: Bodegas La Purísima, Bodegas Castaño, Bodegas Conde de Montornés, Bodegas Antonio Candela e hijos, Bodegas Evine, Bodegas ViñaVista, Bodegas Barahonda, Bodegas Casa Boquera y Viñedos Casa de las Especias. En las próximas semanas emprenderemos viajes a todas ellas. A su historia, a su territorio, a sus paisajes, a sus gentes y a sus vinos.
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