13 noviembre, 2023
Jaime Nicolau
La zona productora de Utiel-Requena representa el viñedo más homogéneo y extenso de la Comunitat Valenciana. Con una superficie de 32.567 hectáreas en producción, en él trabajan 110 bodegas y 4977 viticultores acogidos a la Denominación de Origen. Queda ubicada en la meseta interior de la provincia de Valencia , a 70 km del mar. Posee un clima mediterráneo con rasgos de continentalidad, debido a sus 750 metros de altitud media, aunque con una marcada influencia del mar que baña el territorio valenciano. Son nueve los municipios enclavados en esta figura de calidad: Caudete de las Fuentes, Camporrobles, Fuenterrobles, Requena, Siete Aguas, Sinarcas, Utiel, Venta del Moro y Villargordo del Cabriel.
Un mar de viñas con una reina. Y es que la variedad autóctona bobal es la estrella de la Denominación de Origen, ya que supone un 67% de la producción. Además, representa un enorme patrimonio vitícola, pues de las 21.876 hectáreas que hay plantadas de esta uva, el 47% son viñedos antiguos , con más de 40 años. Viñas viejas de las que se están elaborando grandes vinos, que junto a las condiciones de suelos y clima de la zona están situando a la Denominación de Origen como referente de calidad en el mundo del vino español. Y es que el clima y el suelo que necesita esta variedad autóctona se adaptan perfectamente a los de la zona. Muestra por preferencia las tierras altas, con veranos cortos y secos, en los que desarrollan bien sus caracteres.
Es, por tanto, una región principalmente de vinos tintos . Las variedades tintas autorizadas son: bobal , tempranillo, garnacha tinta, garnacha tintorera, cabernet sauvignon, merlot, syrah, pinot noir, petit verdot y cabernet franc. Y las blancas son: tardana (también llamada planta nova, es autóctona), macabeo, merseguera, chardonnay, sauvignon blanc, parellada, verdejo, albariño y moscatel de grano menudo.
Este es el presente de una Denominación de Origen en la que el mundo del vino ha convivido con todas las civilizaciones asentadas en este territorio desde hace cerca de 2700 años. Los yacimientos arqueológicos encontrados en esta Denominación de Origen avalan la producción de vino y su comercialización ininterrumpida desde la época íbera hasta la actualidad. Decenas de lagares talladas en piedra, como Las Pilillas de Requena, ánforas, documentos y restos de pepitas de uva hallados y estudiados, remontan la cultura vinícola de Utiel-Requena a los orígenes del vino en la Península Ibérica. En la Edad Media (año 1265), durante el reinado de Alfonso X El Sabio se crea el ‘guardián de las viñas’, figura descrita en el Fuero de Requena. En el s. XIX se vive un auge de la vitivinicultura en Utiel-Requena, ya que se aceleró el ritmo de nuevas plantaciones. es 1887 se inauguró la línea de ferrocarril Valencia-Utiel que propició la formación de verdaderos barrios de bodegas en los alrededores de las estaciones. La Denominación de Origen nació en 1932 y, en la actualidad, el vino es el principal motor de la economía de esta región.
Estudios de I+D
En los últimos años, la Denominación de Origen está llevando a cabo varios proyectos de innovación en torno a la variedad autóctona bobal. El objetivo es seguir trabajando de manera científica con una uva que es capaz de otorgar tipicidad y diferenciación a la zona. En un mundo globalizado como el actual, trabajar por la tipicidad y lo que diferencia a una zona del resto, contribuye a afianzar los pilares de una zona productora.
Valora Bobal es un estudio impulsado por el Consejo Regulador en 2018 en colaboración con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) que busca poner en valor la variedad autóctona bobal. Tiene una duración de 11 años. El objetivo es la recuperación y valorización de la uva bobal mediante una zonificación de la viticultura de la Denominación de Origen Utiel-Requena y una selección clonal en la variedad para identificar, catalogar y preservar las viñas viejas, así como mantener la biodiversidad . También tiene el foco en incrementar la sostenibilidad en un contexto de cambio climático con la búsqueda de eficiencia en el uso del agua. Por su parte, el objetivo principal del proyecto Innobobal es poner la innovación al servicio de la ecología. Para ello, se seleccionaron cuatro parcelas piloto donde se aplican diferentes prácticas vitícolas sostenibles y ecológicas para ver cuáles dan mejor resultado. Cada parcela representa las distintas condiciones de cultivo típicas de la comarca. En las parcelas se ha aplicado un régimen de riego ajustado a las dotaciones que anualmente se determinan para este área y se combinan diferentes formatos: programación de riego mediante sensores de la humedad del suelo, riego deficitario controlado y poda tardía. Esta investigación permitirá tomar decisiones con antelación y una base empírica.
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