12 septiembre, 2019
El CRDO Empordà puso en marcha el pasado agosto un plan para potenciar el uso de la caranyana blanca -nombre local de la cariñena-, después de que esta histórica variedad fuese recientemente autorizada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. DO Empordà lleva tiempo reivindicando la inclusión de esta variedad que por una anomalía histórica no fue incorporada en 1975 cuando se creó la Denominación de Origen. Hasta ahora, la caranyana blanca no se podía usar en los vinos autorizados en la DO Empordà, ya que no estaba contemplada en el listado de variedades españolas y por tanto tampoco lo podía estar en la denominación. Sin embargo, desde hace años varias bodegas ampurdanesas elaboran vinos con esta variedad en pequeñas cantidades y de manera experimental.
La primera acción del plan ha sido inventariar su extensión en el Empordà. Según un estudio previo elaborado por los técnicos de la denominación, en el Empordà hay a día de hoy un total de 19 hectáreas de caranyana blanca, concentradas principalmente en torno al Coll de Banyuls, en la Sierra de la Albera. Las localidades de Espolla, Garriguella, Agullana, Sant Climent Sescebes y Massarac son, por este orden, los municipios donde hay más abundancia de viñas de caranyana blanca. De hecho, el Alt Empordà y el LLanguedoc-Roselló son las regiones que concentran la mayor parte de las cepas de esta variedad tan particular, prácticamente inexistente en el resto de denominaciones catalanas o españolas.
Cepas centenarias
Según este estudio, la mayoría de viñedos de «caranyana» blanca del Empordà superan los cien años, circunstancia que evidencia la vinculación histórica de esta variedad con la zona. De hecho, los viticultores ampurdaneses atesoran una larga experiencia y bagaje en su manejo. El informe del Consejo Regulador especifica también que hay una decena de bodegas ampurdanesas -un 20% del total- que cuentan con cariñena blanca en su viñedo.
El siguiente paso será la creación de un distintivo que identificará los vinos monovarietales elaborados con «caranyana» blanca. Esta propuesta forma parte de una iniciativa que tiene por objetivo hacer valer los vinos monovarietales elaborados con las variedades tradicionales del Empordà: la «caranyana» negra, blanca y roja, y el «lledoner» -nombre local que recibe la garnacha negra, blanca y roja .
Tierra de «lledoners» y «caranyanes»
El Empordà es tierra de variedades históricas. El lledoner representa una tercera parte de la viña ampurdanesa con 572 de las 1.768 hectáreas plantadas. Destaca especialmente la garnacha tinta con 377 hectáreas, seguida de la blanca, con 88, y la roja, con 61. Además hay otra variedad, la garnacha ‘peluda’, más minoritaria con unas 4 hectáreas plantadas. Las «caranyanes» tintas, blancas y rojas son la otra variedad más representativa del Empordà, con 402 hectáreas, es decir, el 22% de total. DO Empordà puede presumir de una riqueza varietal exclusiva, ya que es una zona vinícola que produce todas las variedades de «lledoners» y «caranyanes».
Vinos singulares y con mucha personalidad
A día de hoy, las variedades autóctonas suponen el 65% de las viñas del Empordà. Y este porcentaje no ha dejado de crecer en los últimos años gracias a la apuesta decidida de los viticultores ampurdaneses por el «lladoner», la «caranyana», el macabeo o el moscatel. Una tendencia que ha ido acompañada con la aparición de nuevos vinos monovarietales con uvas procedentes de una misma finca. Son propuestas de una nueva generación de viticultores y enólogos, con una buena formación y capacitación, que buscan vinos singulares y con mucha personalidad que sean un reflejo de la zona donde se producen.
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