Pedro G. Mocholí
Apenas tenía 14 años cuando Jaime Sanz se enroló en una de las barcas de bajura que todas las mañanas partían del puerto de Peñíscola en busca del anhelado botín de pescados y mariscos que le permitían llevar un sueldo a casa.
Ese era su particular botín, su «Moby Dick» particular que le permitía ayudar a la economía familiar.
Peñíscola no era en aquellos años el referente turístico que es hoy en día, y solo el cine y su singular castillo le permitían ser un referente en aquella costa castellonense que era bañada por el Mediterráneo.
Hablo del cine porque quién no recuerda a Charlon Heston y Sofía Loren rodando El Cid a las órdenes de Samuel Broston. O a Luis G. Berlanga filmando Calabuch con un elenco de jóvenes promesas del cine español como Manuel Aleixandre o J. Luis Ozores.
Jaime fue testigo en primera persona de aquellos eventos que, sin duda, espolearon a la localidad en busca de captar turistas.
Embarcado en aquellas barcas como ayudante de cocina hacía suyas muchas de las labores propias en alta mar, pero de todas ellas la que más le cautivó fue descubrir el pescado, los mariscos directamente del mar, de las primeras redes, las cuales servían para el rancho de la comida. Algo que muchos cocineros de aquella época desconocían.
Ese conocimiento, sin duda único, le permitió a finales de los años 60 (en concreto en 1968) abrir el primer Casa Jaime junto a su esposa Pilar en la C/ Matilde de Tinot, 3, una de las calles que cruzan cuando quieres coronar su histórico castillo.
Allí estuvieron hasta 1982 cuando se desplazaron a la Avda. Papa Luna, 5, donde desde entonces están ubicados.
Si de las muchas virtudes que posee el bueno de Jaime es la honestidad y la búsqueda del producto que ofrecer a sus clientes, el nombre de su casa es lo suficientemente reconocido como el mayor Sello de Calidad del que toda la familia Sanz, se puede sentir orgullosa.
Mi primera visita se produjo hace ya 30 años y todo fue una deliciosa coincidencia.
Yo volvía de trabajar en Barcelona y, en aquel tiempo, un buen amigo, Javier Micó, ejercía de notario en Benicarló.
En alguna ocasión solía desviarme y acercarme a saludarlo. Agradecía mucho estos detalles. Por aquel entonces, el móvil no era lo popular que es hoy en día y me arriesgaba a que hubiera salido y no encontrarlo. Pero esa tarde, sí que se encontraba allí y, después de firmar unos documentos, salimos a cenar.
No era tarde, pero ya había oscurecido y muchos restaurantes, ante la escasez de clientes, solían cerrar pronto. No fue el caso de Casa Jaime; enseguida nos prepararon una mesa y su hijo Jaume nos atendió con gran diligencia y amabilidad.
No recuerdo bien qué cenamos, pero sí que recuerdo el delicioso guiso de pescadores con el que terminamos.
Nos despedimos albergando la esperanza de volver algún día pero, a los pocos meses, a Javier lo destinaron a Sabadell, por lo que desplazarse ex profeso se hacía harto complicado.
Durante unos años perdí la relación, pero una coincidencia me volvió a unirme a ellos y a retomarla.
En la presentación de la Guía de Rafa García Santos en el diario Levante, se continuó con una cena en Rías Gallegas que había cambiado de ubicación hacía unas semanas a C/ Cirilo Amorós, 4.
Allí acudí sentándome apartado de la presidencia. Y cual fue la divina coincidencia, pues ni más ni menos que me senté junto a la familia Sanz al completo, conociendo a Jordi, que se acababa de incorporar al restaurante, pero a la cocina
Los saludé con cariño y efusividad, pues ellos transmiten una gran familiaridad. Recordamos aquel primer encuentro y, a partir de ese momento, sellamos una amistad que dura hasta nuestros días.
Para reforzarla, los visité a mi vuelta un par de días después, pues coincidía con un viaje mío a Barcelona y, desde entonces, los he ido visitando con cierta asiduidad, realizando varios artículos para Las Provincias.
Por eso no dudéis un segundo cuando Pepe Barrena le llamó para formar parte del jurado del Top Tradition hace unos meses. Este reconocimiento buscaba premiar a los restaurantes que ofrecían una cocina basada en la tradición y la familiaridad de su cocina. Cuando me pidió mi voto o recomendación para la Comunitat Valenciana le dije tres restaurantes, eligiendo finalmente a Casa Jaime.
Este premio les ha hecho una gran emoción. Es un reconocimiento a esa trayectoria de más de 50 años, siempre abiertos y ofreciendo su gastronomía con cariño y hospitalidad, como en aquella primera noche de octubre de 1994.
Mi última visita se produjo hace unas semanas, encontrando el mismo cariño y familiaridad que he vivido en todas mis visitas.
Su cocina y sus platos siguen siendo fieles al estilo y conocimiento del maestro Jaime… los langostinos de Vinaroz cocidos en la propia agua de mar, las caixetes al vapor, guardando en su interior toda la esencia…
Avda. Papa Luna, 5. 12598 Peñíscola. Tel.: 964 480 030
Un comentario en
Sin duda alguna, «Casa Jaime» es uno de los mejores restaurantes de pescado (sino el mejor) de la Comunidad Valenciana. Todo el respeto y el reconocimiento a la gastronomía de este grupo de profesionales (además de familiar) que nos brindan «una cocina» tan autentica.
¡¡Gracias «Sanz´s»!!