Casa Eusebio se traslada al Mediterráneo

Pedro G. Mocholí

Mucho antes de que el rodaballo irrumpiera en nuestras vidas los pescados más populares en la década de los años 60, 70 y buena parte de los 80 en la hostelería valenciana eran la lubina y el besugo; también lo era la merluza, pero por otros motivos. 

La lubina y el besugo son dos pescados que son muy valorados por la calidad de sus carnes blanquecinas y perladas. Mientras el besugo expresa sus virtudes cuando se elabora al horno o sobre unas brasas, la lubina tiene una mayor versatilidad y la podemos encontrar en un sinfín de elaboraciones y en todas ellas expresa esa sensación sabrosa cuando la consumimos. La encontramos al horno, a la plancha, a las brasas, cocida o la inolvidable lubina a la sal, acompañada de la sempiterna salsa tártara. 

Desde hace unos años Casa Eusebio ha convertido la lubina en la verdadera reina de sus propuestas. La ofrece en una infinidad de tamaños y ha conseguido, con su elaboración a la plancha con un remate al horno, convertirla en una ‘piedra filosofal’ del buen gusto y del sabor. Sus carnes salen jugosas, aderezadas con liviandad y refinamiento, por lo que prevalece el gusto a mar de esas impecables carnes. Una lubina que no tiene nada que envidiar a la que tomé hace un par de años en Fisterra, en concreto en Tirado Cordel.  

Además de la lubina, Eusebio ofrece una más que variada y cumplida oferta de pescados, todos ellos salvajes: rodaballo, ventresca, pez limón o lenguado. Junto a ellos, en sus vitrinas encontramos impecables mariscos: gamba roja, cigalas, quisquilla o percebes. La oferta se complementa con un excelente surtido de arroces, otra de las especialidades de Casa Eusebio: paella valenciana, de marisco, arroz negro, de langosta o de bogavante.  

Eusebio eligiendo productos de las propias barcas.

En verano, Eusebio cierra el restaurante de Valencia y se vuelca en el establecimiento que posee en la Gola de El Perellonet, en el que mantiene la oferta, variedad y calidad que encontramos en nuestra ciudad.

El calamar a la plancha con habitas sale tierno y encontramos la quisquilla con un punto de cocción rabiosamente perfecto.

Y al igual que en nuestras visitas falleras, las angulas a la bilbaína es, sin duda, su plato más gulesco, sobre todo si las coronamos con huevos fritos como broche final.  

La proximidad de la lonja de El Perelló hace que encontremos unas deliciosas sepias de playa a la plancha y que las podamos acompañar de los tomates de sus propias huertas, que encontramos maduros y en el momento óptimo de consumo. Y si lo desea, podemos rematar las entradas con unas anchoas de Rafa López, como siempre soberbias. 

La carta de vinos es más que correcta y, para nuestra alegría, el precio es muy asumible. 

Casa Eusebio en El Perellonet se ha convertido en toda una referencia entre los amantes del pescado, se lo puedo asegurar.  

Casa Eusebio. C/ Macarón 24. Telf: 961 778 265. El Perellonet (Valencia). 

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