Cuando hace unos meses Juan Exojo y Cristina Ibáñez decidieron cerrar su libro de fantasía de Julio Verne no podían evitar sentir un punto de tristeza. Eso sí, lo hacían poniendo un inmenso marcapáginas justo en el punto dónde se quedaron, sabedores de que un día volverán a retomar su sueño. Y es que ese viaje se cortó de manera acelerada por un proyecto ilusionante que pasaba por la puerta. Hacerse cargo de reabrir el Restaurante Can Pasqual en Formentera. Juan ya había pasado algunas temporadas trabajando en la isla pero ya no querían estar separados. Esta aventura debía ser para los dos. Así que aceptaron y desde finales de mayo el proyecto en la isla es una realidad.
Can Pasqual es más que la denominación de un restaurante, es la ilusión de un empresario de Formentera, Pep Mayans, por recuperar el restaurante de sus padres, Pasqual Mayans y Pilar Serra, ubicado en Es Caló de Sant Agustí, y de este modo, perpetuar los aromas y sabores de la cocina tradicional de la isla a través de una cocina meditada, pero pasada por el tamiz de las nuevas técnicas.
Y ello es así, porque en Can Pasqual nada se ha dejado al azar. Al frente de la cocina se encuentran el chef Juan Exojo y la postrera, Cristina Ibáñez. Ambos no solo forman un tándem consolidado y con una amplia experiencia culinaria, sino que además son dos cocineros, que pese a no ser de Formentera, ya la llevan en el corazón y han pasado largas temporadas en la isla imbuyéndose de su alma. No obstante, como de lo que se trata es de volver a los orígenes de lo que fue este reconocido restaurante, Juan Exojo ha pasado largas horas en la cocina acompañado de Pasqual Mayans, el cocinero, el soñador, el patriarca… El que hizo posible que en 1964 el restaurante Pasqual abriera sus puertas.
El respeto al producto, como antaño, es una de las constantes de este restaurante de Es Caló, así como el mimo a los productos de Formentera que son, sin lugar a duda el reflejo de una carta cuidada pensada para ofrecer unos sabores diferenciadores respecto a cualquiera de los restaurantes de la localidad.
De nuevo, la Zarzuela de Pasqual vuelve a ser la protagonista, junto con la caldereta que sigue la receta tradicional de la familia Mayans. Sin embargo, también nuevos platos han ido calando entre los clientes del restaurante desde que abriera, el pasado 26 de mayo; platos como paella con centollo. Juan es uno de los cocineros que mejor manejan el arroz. En sus manos es siempre un espectáculo.
Pero la apuesta de Pep Mayans no radica sólo en la propuesta gastronómica, puesto que el local ha sufrido una reforma integral para mostrar el espíritu de marinero de Es Caló, por eso los colores de la playa y del mar son una constante. No en vano esta localidad fue el primer puerto de la línea con Ibiza. Esta la razón de que las barcas, las redes y numerosos elementos decorativos propicien que el visitante se sumerja de lleno en el mar. Añadiríamos que parece que la mano de Juan y Cristina también haya contribuido en este punto, pues hay rincones del local que recuerdan el mundo de fantasía de Julio Verne. Este leit motiv también se aprecia en la nueva imagen corporativa, que consiste en un caballito de mar, puesto que los hipocampos sólo viven en aguas cristalinas y etéreas como las que existen en Formentera.
Cuando un restaurante está en manos de gente como Juan y Cristina, no hace falta desearle suerte. Aman su profesión dedicándole todas las horas que sean necesarias. Tienen una formación espectacular y le ponen a todo un toque de pasión y de fantasía con el que nunca se falla. Los sueños, sueños son, pero a veces y sólo a veces, se hacen realidad.
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