15 junio, 2017
Homenajear a los progenitores de la familia Salón. Ese es el objetivo de los llamados ‘vinos de familia‘ de Bodegas Pasiego, que fueron presentados anoche por el director técnico de la bodega, José Luis Salón. Con Caesar y Julieta, un tinto y un dulce, los hermanos Salón quieren realizar un homenaje en vida a sus padres, César Salón y Julieta Pérez, a los que consideran artífices de la trayectoria de la bodega y quienes inculcaron a los tres hermanos el amor por el campo, la viña y el trabajo.
Así, una de las frases que puede leerse en la caja que guarda la bonita botella de Julieta es “comenzó el camino contigo de la mano”, toda una declaración de cariño hacia la madre de los Salón que, como dijo José Luis, “es válida para cualquier madre”.
El acto, que también sirvió para presentar las nuevas añadas de los blancos ‘La Suertes 2016’ y ‘Aurum 2016’, tuvo lugar en el restaurante El Cantó, un pedacito de Sinarcas y de Pasiego en Valencia, y contó con la participación de Diego Pérez como representante del Consejo Regulador de la DO Utiel-Requena.
La estrella de la presentación fue, sin duda, Julieta, un vino dulce –como no podía ser de otro modo si va dedicado a una madre–, que contó con el beneplácito de todos los asistentes. Julieta está elaborado con uvas botritizadas de chardonnay (60%) y sauvignon (40%), y ve la luz ‘gracias’ a un ‘fiasco’ meteorológico.
Lo que hoy es este elegante y sabroso dulce de 14,5 grados tenía que ser en su origen un Aurum, uno de los blancos de la bodega. Sin embargo, un gran pedrisco en agosto del pasado año dio al traste con buena parte de la cosecha e hizo que la uva se botritizara. Los Salón decidieron dar la vuelta a este contratiempo y decidieron lanzarse a producir este dulce de tirada limitada.
Julieta, que ha pasado 15 meses en barrica, viene en una botella muy característica y elegante, en la que puede verse el rostro de una mujer, de una madre, que sostiene cariñosa un racimo. La primera botella de este vino, según explicó Salón, la recibió emocionada la auténtica Julieta el Día de la Madre. “Esto es fruto tuyo, madre”, concluye la poesía de la caja.
Los Salón han querido homenajear también a César, el padre de la familia y auténtico artífice de que José Luis estudiara Agrónomos y de que los tres hermanos heredaran su amor por la viña, y lo han hecho con Caesar, un tinto crianza elaborado con un coupage de variedades como cabernet sauvignon, tempranillo, merlot y bobal.
Caesar, que ha pasado 12 meses en barrica, presenta una elegante etiqueta negra en la que aparece la huella dactilar del patriarca de la familia. Caesar va a ser la nueva denominación del antiguo La Blasca.
La cata de estos vinos fue un ejercicio de interacción entre José Luis Salón y los asistentes, que pudieron dar su opinión sobre los diferentes vinos. De este Caesar los especialistas asistentes comentaron que es “muy sabroso y equilibrado”, en el que “se nota la crianza”, y con “un incipiente bouquet que irá a más”.
La bodega aprovechó la ocasión también para presentar las nuevas añadas de sus blancos, La Suertes 2016 y Aurum 2016. El primero de ellos es un blanco joven elaborado con macabeo (75%) y sauvignon (25%) con notas de fruta tropical. Los asistentes destacaron de él su “buena intensidad aromática” y su equilibrio en boca. “Es un vino fresco, ligero y equilibrado que transmite franqueza y deja un buen recuerdo”, afirmaron.
Aurum 2016 ve la luz después de que la cosecha de 2015 no pudiera salir debido a un gran pedrisco. Es un blanco intenso de chardonnay y sauvignon con fermentación final en barrica, y 13,30 grados de graduación alcohólica. De él comentaron que “tiene untuosidad pero no es pesado”, que es “muy agradable en boca” y que no refleja la graduación alcohólica que tiene. “Es fácil de beber”, comentaron.
Además de los vinos, los asistentes pudieron degustar las creaciones de El Cantó, como un mousse de cabracho con crujiente de cebolla; cazuelita de arroz rojo con ajoaceite negro al regaliz; chupito dúo de cremas frías; ferrerito de morcilla de Burgos; carrillada de ternera confitada con puré al pimentón de la Vera; brownie con mousse de plátano y los típicos burruecos de Sinarcas, ideales para maridar con el dulce Julieta.
En la presentación Salón explicó la historia de esta pequeña bodega familiar con 20 años de trayectoria, situada en Sinarcas, y con viñedos a 900 metros de altitud, así como su afán por “hacer cada vez más un producto de calidad y a precios razonables”. Una bodega, según destacó el representante de la DO Utiel-Requena, “que cuida mucho los campos y con una elaboración muy artesanal”, que “hace vinos bastante diferentes a lo que se hacen en la zona”.
El acto finalizó con un brindis por parte de Diego Pérez por los vinos de Utiel-Requena y por el trabajo de sus bodegas y sus agricultores.
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