1 diciembre, 2023
Texto: Jorge Corella / Fotografía: Fernando Murad
La viticultura es una de las actividades más importantes tanto a nivel económico como social en toda la Comunitat Valenciana. Sin embargo, este trabajo multisectorial adquiere mayor valor en aquellas localidades del interior que ven cómo sus vecinos dejan su hogar en busca de nuevas oportunidades laborales y vitales. El mundo del vino se ha convertido en una oportunidad para que esos vecinos vean un futuro alrededor de un oficio que ha pasado de generación en generación.
Este es el caso de Sinarcas, una localidad con poco más de 1100 habitantes que ha conseguido frenar el éxodo rural que rodeaba a la localidad gracias al trabajo que ofrecen sus tres bodegas. Una de esas tres bodegas sinarqueñas que ha conseguido revitalizar el sector vitícola es Bodegas Sinarcas, una cooperativa vitivinícola fundada en el año 1937 que se especializa en los trabajos de elaboración, crianza y comercialización de vinos. Actualmente cuenta con 200 socios, elaborando cerca de 11.000 botellas y 40.000 litros de granel que tiene salida en el formato bag in box.
Estos productos se benefician de las singulares condiciones climáticas con las que cuenta este término municipal, que supone el nudo de tres tierras. En sus límites termina el territorio de la Denominación de Origen Utiel-Requena, lindando con las vecinas Aragón y La Mancha. Son tierras de altitud en las que la viña es feliz a 900 metros de altitud, ofreciendo una uva de mucha calidad y con un claro carácter diferenciador marcado por esa altitud.
La ventaja que supone ocuparse de todos los procesos que ocupan la elaboración de un vino, desde la viña hasta el consumidor final, ayuda a la firma creada por un conjunto de agricultores de la localidad a generar mayor empleo y riqueza para el propio municipio.
Actualmente, la marca que preside Antonio Viadel y de la que es gerente Gustavo Pérez, cuenta con unas 1000 hectáreas de viñedo repartidas entre parcelas de variedades autóctonas como la bobal, que ocupa el 80% de esas hectáreas, u otras como la tempranillo.
Estas parcelas, pertenecientes a varios agricultores de la localidad valenciana, dan lugar a las dos gamas de vino de la bodega que están llevando el nombre de Sinarcas por el mundo: Terra Íbera y Arcaz, ambas bajo la Denominación de Origen Utiel-Requena. Los vinos llevan el sello de la enóloga Cristina Berlanga.
Por un lado, la gama Terra Íbera cuenta con un rosado elaborado con la variedad bobal. Además, la bodega suma a esta línea un tinto joven elaborado con las variedades tempranillo y la propia bobal. Se acaba de sumar un blanco a esta gama.
La marca Arcaz, que recibe su nombre en honor a la localidad que le da cobijo, cuenta con otras tres referencias. La primera de ellas es un vino tinto madurado en barrica procedente de uvas centenarias de la variedad bobal, Bobal Selección, que convive con Arcaz Crianza y Arcaz Reserva. Y es que la bobal es el gran estandarte de este territorio y la selección de cepas autóctonas ligan muy bien con la filosofía que sigue la DO Utiel-Requena, gran defensora del producto y las cepas autóctonas de la región.
En la cooperativa que dirige Antonio Viadel, la pasión y el saber hacer de cada uno de sus miembros se reflejan en el producto final que llega al consumidor. Esta esencia, basada en la historia y la tradición vinícola que rodea a la villa, se puede sentir en las instalaciones de la propia bodega.
Entre los espacios que forman Bodegas Sinarcas podemos reconocer el paso del tiempo. La tienda nueva, ubicada a escasos metros del grueso de las instalaciones, es la novedad frente al encanto histórico que muestra el centro de operaciones de la cooperativa, donde estrechos pasillos, depósitos de cemento y la escasa luz que rodea las salas, recrean la magia que hace especial a esta cooperativa que sigue siendo fundamental para la localidad de Sinarcas.
El valor de esta cooperativa ubicada en la plana de Utiel-Requena es precisamente la relación que existe entre los diversos socios, que de forma independiente cultivan aquellas cepas, entre las que destaca el bobal. Sus vinos se venden íntegramente en el mercado nacional, siendo muy importante el mercado de Valencia y la Comunitat.
En la cooperativa trabajan ilusionados, sabiendo que queda mucho camino por recorrer, pero siendo también sabedores de que la línea emprendida ha supuesto un importante salto cualitativo, tanto para la cooperativa como para sus socios. Tras ese trabajo individual en el campo, los socios unen fuerzas para elaborar un producto común representado por los seis vinos que forman parte de la línea de productos de Bodegas Sinarcas.
El resultado es un reflejo del esfuerzo de un conjunto de agricultores que trabajan sus terrenos para elaborar unos vinos que muestran la esencia de la bodega y resaltan el amor por la tierra y el paisaje que se respira en el municipio de Sinarcas.
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3 comentarios en
JLF Jara el 2 diciembre, 2023 a las 7:08 pm:
Enhorabuena por la buena labor que estáis haciendo en esa cooperativa.
Aprovechar su ubicación a 900 metros de ASNM que favorece la calidad de vuestros vinos
Joseito el 2 diciembre, 2023 a las 8:40 pm:
Buen trabajo realizado y más por venir mucha fuerza y fe en realizerlo
Mercedes el 7 diciembre, 2023 a las 10:56 pm:
Enhorabuena Tonín!
Y a todos los que, racimo a racimo, os váis superando cada año en vuestro proyecto, en vuestra pasión vitivinícola.
Salud!!