Jaime Nicolau / Fotos y Vídeo: Fernando Murad
El enoturismo valenciano ha explotado de manera definitiva y Requena se ha convertido en uno de sus epicentros. La ciudad del interior esconde en su barrio de La Villa un marco excepcional para los visitantes que deciden perderse entre sus estrechas callejuelas enjalbegadas subiendo la cuesta de las carnicerías previo paso por su Fortaleza. Visitar Santa María, el museo del vino o San Nicolás, son paradas inexcusables. Es la mejor manera de sumergirse en el pasado, en una tradición y una historia en la que el vino siempre fue protagonista a través de un mundo que subyace subterráneo entre cuevas con tinajas enterradas que buscaban la temperatura idónea para el reposo de esos bobales excepcionales.
Y esa tradición, esa forma de vivir y esa cultura del vino en vena llevaron a Murviedro a recuperar su bodega histórica en la Plaza del Albornoz, ese punto de encuentro mágico para todo el que visita Requena. Era la apuesta de la firma por devolver a la tierra de Requena todo lo que esta le ha dado durante décadas y desde su apertura en 2017, en el 90 aniversario de Bodegas Murviedro, se ha convertido en lugar de peregrinación para los enoturistas.
La Bodega Histórica de Murviedro esconde bajo tierra, en pleno casco antiguo de la ciudad de Requena, un espacio misterioso que se convertirá en una experiencia fascinante que hará que el visitante descubra nuestra histórica conexión con el mundo del vino: el misterio del origen de sus cuevas y su relación con la vitivinicultura desde el siglo VI a.C.; se llevará la sensación de haber hecho un viaje al pasado.
El visitante podrá encontrar también una bodega urbana creada para microvinificar nuestro vino La Casa de la Seda descubriendo las características que pueden dar al vino las últimas tecnologías inspiradas en los métodos más tradicionales que permitirán reencontrarnos un poco más, con la historia de Requena.
Descendiendo al subsuelo, nos transportaremos a otra época… Un entramado de cuevas excavadas pico y pala en toba caliza arcillosa, con una armoniosa y cuidada iluminación, nos guiará a descubrir el paso del vino en sus diferentes etapas a través de una bodega que se conserva en su estado original. Un tesoro subterráneo donde el tiempo se detiene, y solo se respira la quietud y la constante temperatura en la que el vino guarecía en las grandes tinajas.
“Es en Requena donde se encuentra Bodegas Murviedro y donde queremos estar y llevar a cabo nuestro proyecto de futuro. Y es en el barrio de la Villa, desde la Bodega Histórica, desde donde queremos contribuir a acercar la cultura del vino al visitante, para que pueda disfrutar de un trocito de nuestra historia, que es la de nuestra comarca. Estamos convencidos de que este barrio de Requena podría ser Laguardia de la Comunidad Valenciana”, señala Marc Grin, director general de Murviedro.
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