José Antonio López
Las cosas improvisadas suelen ser las mejores y, en algunas ocasiones, inolvidables. Si me lo permiten, quiero compartir con ustedes una experiencia que deseo vuelva a producirse pero, va a ser difícil.
Hace unos días fui a devolver una visita a Viva Mascaraque y agradecer, a todo el equipo, la amabilidad que tuvieron conmigo al invitarme a la inauguración del nuevo local.
Reyes, atenta como siempre, me brindó la oportunidad de compartir una picadita de esas que hacen historia, junto a una copa de buen vino.
Hablamos y compartimos pasiones por la hostelería y por la vida y se nos fue el tiempo que tanto cuidamos para que no se marchara.
Se me ocurre pedirle a Reyes que me acompañe a saludar a Rakel en Karak casi al lado de donde nos encontramos. Javier, la pareja de Rakel, nos había dicho que estaba muy ocupada pero le agradaría vernos y eso fue lo que hicimos.
Ni una ni la otra habían tenido ocasión de conocerse con un poco de tranquilidad. Efectivamente Rakel estaba hasta los topes, pero eso no fue un problema para que lo dejara todo y compartiéramos un tiempo, largo pero inolvidable.
Y es aquí, mis queridos amigos, donde un servidor da gracias por poder estar junto a personas tan grandes tanto en el terreno profesional como anímico.
Rakel y Reyes. Reyes y Rakel se funden en un abrazo espiritual del que sale toda la sabiduría que plasman en sus restaurantes. Una desde la cocina, la otra desde la sala. Ambas con el mismo objetivo, la satisfacción del cliente a través de la creación, el respeto y el amor por una profesión tan dura como maravillosa.
No puedo transcribir lo que hablaron y fue mucho y todo bueno. Me quedo con el contenido de la conversación de la que yo me aparté, por respeto, pero de la que no perdí, ni una coma.
Amigos, escuchar a estas dos profesionales hablar de su trabajo, de sus proyectos, de la entrega diaria a los clientes, de la eterna impaciencia por hacer algo mejor, del respeto por el producto y el trato del mismo, del cuidado de lo que nos rodea y, ante todo y sobre todo, la humildad con la que se entregan día a día a lo que les apasiona… fue un honor.
En ningún momento me atreví a intervenir. Hubiese firmado porque ese rato durara toda la eternidad. Desgraciadamente no fue así.
Noté que tanto Rakel como Reyes hablan con sus clientes de lo mismo que lo hacían en este momento. De otra forma, pero lo mismo. Y me sentí un poco avergonzado por no haber prestado más atención a las palabras de estas dos grandes personas que, como muchos de sus compañeros entregados a su pasión, nos cuentan con un lenguaje tan directo y grande que, por su sencillez, lo perdemos o no sabemos apreciarlo en su tremendo valor.
Se merecen ser Amigas Entrañables.
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Un comentario en
encarna el 31 January, 2017 a las 5:40 pm:
ola a rakel la conzco y ademas de un escelente chef es una gran persona ydelas mejores besos alas dos rakel y reyes aun que nola conozca