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Queridos Reyes Magos… del Vino

 

Jaime Nicolau
… El sector del vino ha sido bueno. Si me apuran, el mejor de la excelsa agricultura española pese a no ser el mejor tratado. Es por eso que entiendo que serán ustedes generosos con sus demandas y complacerán las que puedan. Ya les aviso que no va a ser fácil, pues en muchas de ellas las decisiones dependen de una clase política que, salvo contadas excepciones, ha dado muestras de no estar a la altura del sector. En muchos casos me atrevería a decir que ni tan siquiera sabe cómo funciona el sector, sus pretensiones, sus demandas, sus necesidades, para seguir siendo una inagotable factoría de puestos de trabajo, temporales y no.

Es por eso que nos atrevemos con una lista. Allá va:

En primer lugar, que el sector del vino español siga teniendo en la exportación una salida vital. Si es posible, que trabajen para mejorar los tratados internacionales en la materia.

En segundo lugar, y quizás para que pueda cumplirse la primera de las demandas, convenzan a los políticos de que hay puestos en los que funciona mejor un técnico que sepa de un determinado sector, que el amigo del cuñado de… ustedes ya me entienden.

En tercer lugar, que alguno de estos técnicos sea capaz de dar con la tecla para que no seamos el país en el que menos se paga al viticultor, como ocurre en la mayor parte de las zonas productoras y con el precio del vino tan por los suelos.

En cuarto lugar, que esos mismos técnicos, sean capaces de trabajar en fomentar la cultura del vino para que deje de caer como lo está haciendo el consumo per cápita en España.

En quinto lugar, que hagan que los consejos reguladores sean garantía de calidad y no se salgan de los mismos bodegas de muchísimo peso histórico como está ocurriendo.

En sexto lugar, que los enormes enólogos que tenemos, respetados en todo el mundo, quizás más que aquí, sigan siendo capaces de elaborar los grandes vinos que elaboran.

Por último, que sigamos mirando por lo nuestro. Por nuestro terruño y por nuestras variedades autóctonas, porque al final ese es nuestro gran valor diferenciador, y lo que más aprecia el consumidor.

A cuenta, pueden tener seguro que el sector bodeguero seguirá siendo un pilar notable de la economía de este país, pese a las zancadillas que se le ponen casi a diario.