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Óscar Ollero. L’Estibador

José Antonio López

Esta es la historia que se repite.

Cuando alguien entra en un local que le atrae por la cantidad de elementos que captan su atención y mucho más si el local es el restaurante L´Estibador que está junto a la playa, rodeado de naturaleza y presenta unos ambientes que te llevan al cielo, deja de prestar atención a otros elementos, en este caso, personas, que trabajan muy duramente, para que su estancia “en su casa que lo es” sea inolvidable.

A Óscar no le verán por la sala. Bueno, en ocasiones, pero siempre con paso firme y decidido a volver a su sitio que ama y disfruta desde muy temprana edad.

A Óscar no le afectan los más de 50 grados de su cocina en los meses de verano, como tampoco hacen mella en su ánimo trabajar las horas necesarias para que su cliente se encuentre feliz.

Óscar es un artífice de pequeños momentos que muchas personas recordarán toda su vida y que comentarán con amigos y que darán la vuelta a la tierra como recuerdo de momentos inolvidables “de cuando disfrutamos de una magnífica comida o cena y de otros tiempos en Valencia, junto al mar. En L´Estibador”.

Y lo dirán porque es verdad, pero muy pocos reconocerán a este joven cocinero que sigue los pasos de su abuela, de su madre y de su tía, que le enseñaron a amar, hasta lo indecible, la dura profesión de cocinero.

Lo lleva con orgullo. Se le ve en la cara y en las manos.

Estudió en el CDT de Gandía y se especializó en pastelería y repostería. Se le quedaba corto el espacio y fue a más. Pascal, ese gran cocinero y amigo, dice de él, que es de lo que no hay.

Lo rescataron cuando era jefe de cocina en el Real Club Náutico de Gandía. Alguien le prometió lo que ha cumplido.

Óscar tiene en su nombre un triunfo, pero, se lo gana día a día. Se ha rodeado de buenos profesionales que le ayudan a ser mejor. Es lo que pretende.

Él, también comparte sabiduría.

¿No le conocen? Pues se pierden algo muy grande, porque como persona es de lo que no hay, y como cocinero…pídanle el plato que más les guste.

Óscar hoy es amigo entrañable, un título, que por su saber hacer, sinceridad y amistad, me atrevo a decir que sonará más que otros trofeos que tienen el mismo nombre.