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Mercados ‘bonicos’

Jaime Nicolau

Valencia se volcó el pasado sábado con el Bonic/a Fest organizado por el Ayuntamiento de Valencia. El evento abría al público decena y media de mercados municipales con una oferta gastronómica, festiva y cultural a la que respondieron de manera notable los valencianos. Así los tenderos vistieron sus puestos con sus mejores galas ofreciendo su espectacular producto en formatos cocinados. Es quizás la faceta a mejorar, pues eran pocos los que mostraban su cara diaria, esa en la que el producto fresco manda.

En un comunicado, el concejal de Comercio en el Ayuntamiento de Valencia, Carlos Galiana, valoraba el “éxito de la convocatoria” y destacaba que “se han cumplido perfectamente los objetivos que se marcó el equipo de gobierno con esta propuesta: poner en valor los mercados municipales, darlos a conocer entre los valencianos y situarlos en el mapa”.

Y es que Galiana ha mostrado una notable sensibilidad con los mercados. Ahora deberán valorar desde el consistorio cómo darle continuidad y que esta acción tenga reflejo en el día a día de los tenderos, cuando las tapas ya no estén a la vista, sino que sea el producto lo que mande. Vamos aquello de que los mercados son bonitos, pero no únicamente un monumento, pues necesitan de esa parte comercial para sobrevivir.

Aun así es normal que “el gobierno municipal está muy orgulloso de los mercados”, tal y como explicaba Galiana. “Forman parte de nuestra política y de nuestra filosofía como los importantes agentes sociales y económicos que son, y por eso vamos a seguir apostando claramente por ellos”. De hecho, la convocatoria Bonic/a Fest se convirtió en trending topic local, autonómico y estatal en la noche del sábado y llegó al tercer lugar estatal, con un público potencial de casi 4 millones de personas.

El Mercado Central, Ruzafa y el Cabanyal se llevaron gran parte de las visitas, aglutinando 20.000 visitantes. Pero también registraron un importante éxito de participación recintos más pequeños, como Torrefiel, con 2.900 personas, o Jerusalén, con 1.500.