José Antonio López
Esto es lo que hay.
Hace unos días Manuel Espinar y Luis Martí, presidentes de la Confederación Empresarial de Empresarios Turísticos de la Comunidad Valenciana, nos convocaron para compartir el balance del año turístico 2016 y valorar el anteproyecto de la futura ley de Turismo.
Datos importantes. Hemos tenido en nuestra Comunidad una mayor afluencia de turistas. Los hoteles han colgado el cartel de completo en más ocasiones que en años anteriores. La hostelería ha sido el sector que más empleos ha creado… pese a todo, el gasto por turista, baja de una manera significativa. Mientras los visitantes gastan una media diaria de 130 euros en otras comunidades, en la nuestra no pasan de los 90 euros diarios.
Es para pararse a pensar.
Hay demasiado intrusismo en el sector. Apartamentos ilegales que restan negocio a los que están legalmente establecidos y restaurantes, bares y otro tipo de locales que se enzarzan en una guerra de precios y servicios que en nada benefician al sector y merman la confianza en los profesionales de nuestra Comunidad.
Hay que hacer algo.
La verdad es que tenemos que mentalizarnos de que “nadie da duros a cuatro pesetas” y que las disparatadas ofertas de algunos establecimientos no nos van a llevar nada más que a la ruina.
Por otra parte, la Federación está cada vez más decidida a que los profesionales que estamos bajo su manto tengan una mejor y mayor preparación y sean portadores de un carnet profesional que les acredite como personas con una preparación digna y que les haga sentirse orgullosos de su labor y de la imagen que dan con ella.
Ya está bien de minimizar a un grupo que crea trabajo e imagen. La hostelería es un trabajo tan digno como otros. Quedan atrás las negras historias de que todo el mundo vale para camarero o cocinero y que éste es el saco donde van a parar aquellos que no tienen trabajo.
Los centros de formación cuentan, hoy en día, con unos profesores altamente cualificados dispuestos a enseñar a quienes quieren saber.
Tienen que acabarse las tonterías y pasar a la acción de sentirnos orgullosos de ofrecer lo mejor de nosotros mismos y de nuestra cultura e historia reflejada en nuestra gastronomía.
Tenemos que ser los mejores y llevar la cabeza muy alta por conseguir trabajar en un sector muy duro, pero lleno de satisfacciones. El nombre de cada uno de nuestros camareros y cocineros debe ser el recuerdo que se llevan las personas que nos visitan, de lo que es nuestra Comunidad Valenciana.
Somos unos privilegiados.
Seamos los mejores preparados.
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Un comentario en
Andrés romero el 20 enero, 2017 a las 2:43 pm:
Totalmente de acuerdo