Jaime Nicolau
He de reconocer que cada día da más gusto visitar en la Comunidad Valenciana las secciones de vinos de los ‘grandes’ de la alimentación. Es cierto que casi todos se están esforzando porque en los lineales aparezcan productos autóctonos que hace poco tiempo parecían olvidados. La mejora es notable y el trabajo se nota.
Pero al margen de las grandes superficies hoy les vamos a proponer un paseo por las bodegas entrañables de la ciudad de Valencia, entendida la palabra por el establecimiento en el que se venden vinos y licores, más tradicionales. Avanzamos que el valor añadido que todas ellas ofrecen obedece también a su ubicación en barrios de gran tradición. De solera. Valencia en estado puro. La de hoy, la de ayer y, posiblemente, la de mañana también.
Les proponemos, por tanto, un paseo con encanto, tanto por el recorrido, como por el trato que les van a dispensar en cada uno de los establecimientos. Un personal muy preparado, de los de bata de toda la vida, que les recomendarán entre sus cientos de referencias y les acercarán cuanto se dejen a los vinos valencianos, de los que son grandes prescriptores.
Comenzaremos el repaso por el barrio de Ruzafa. Callejeando desde el Mercado del mismo nombre hacia la calle Cádiz, encontramos uno de los establecimientos de referencia: Bodegas Biosca. Fundada en 1932 por don Julián Ángel Biosca, actualmente está dirigida por la tercera generación de la familia. Cuenta con cerca de 100 metros cuadrados en los que se exponen más de dos mil referencias.
Seguimos por el barrio del Carmen. En la calle Baja encontramos la primera de las tiendas de Bouquetsc, la firma de Eduardo Mestres, una de las personas que más ha luchado por los vinos valencianos desde hace décadas y que ha presidido Proava, y su popular Mostra de Vins, durante muchos años. De ahí hasta la calle Burriana, en pleno barrio de Cánovas, la segunda de las paradas de Bouquet. Para las dos últimas hay que acercarse hacia los poblados marítimos que inmortalizaron Blasco Ibáñez o Sorolla, entre otros. Avenida Malvarrosa o Blasco Ibáñez, junto a la estación del Cabañal, otras dos referencias obligadas.
En el camino nos hemos saltado voluntariamente otra parada obligada, Navarro Bodeguero, en Cardenal Benlloch. La empresa se funda 1960, por Manolo Navarro junto con su padre Vicente Navarro con una vocación inicial de venta a granel de vinos, licores y aceites para poco a poco ir transformándose hacia una mayor especialización. En 1992 se acometió una ampliación convirtiéndose en una tienda moderna y preparada para ofrecer una gran selección de vinos y destilados.
Seguramente los más veteranos echan en falta algún clásico y es que los hay que no han podido con la brutal sacudida económica. Otros, como la familia Bacete, han optado por reinventarse y el lujo de Las Añadas de España, ha dejado paso a la modernidad de Leblosen en Quart de Poblet, en el que siguen contando con referencias que sorprenden, bien acompañadas de grandes clásicos.
Seguramente nos hemos dejado emblemáticos locales en el tintero, aunque los que hemos incluido no les van a defraudar. Cada uno con su modelo en lo que sí coinciden es en ofrecerles una enorme cantidad de las buenas referencias valencianas que actualmente tenemos el mercado. Salud.
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