Jaime Nicolau
Semana viajera. De esas que marcan. Hemos comprobado en apenas dos días la riqueza del mar y montaña que tiene la Comunitat Valenciana. Que por más que los esfuerzos en turismo vayan por la playa, existe un lugar para un turismo de calidad excepcional: el que se mueve alrededor de los sectores del vino y la gastronomía. Repetiremos por enésima vez, que se trata de un turismo que en todos los informes arroja mucho mayor gasto directo que el turismo de playa a granel, que parece que es lo único que vende para los políticos. Seguramente porque sea el más rápido de vender. En el otro, en el de calidad, hay que trabajar mucho…
Pero centrándonos en el viaje. Arrancaba el sábado con rumbo a Requena, capital del cava valenciano, por convocatoria de Proava, con la sesión Cava & Jazz. Allí, seis bodegas con cava en su porfolio de producto servían más de 2.000 degustaciones en el incomparable marco de la Villa medieval de la localidad. Durante el evento, se entregaron los reconocimientos del Concurso Proava de Cavas.
En la categoría de Cavas, el bronce fue para Hoya de Cadenas Brut, de Vicente Gandía; la Plata para Laderas, de El Villar. En el oro hubo empate entre Bisila Brut de Ladrón de Lunas y Dominio de Calles Brut de Vegamar.
En la categoría Premium, la plata fue para Sutra, de Bodegas Arráez, y el oro para Carlota Suria, de Pago de Tharssys. En Reservas, el bronce lo obtuvo Vegamar Priveé 18; la plata, Bisila Edición Especial, y el oro, Bisila Brut Nature.
En la categoría Gran Reserva sólo hubo un oro y fue para Lágrima Real, de Unión Vinícola del Este. En rosados, el bronce lo consiguió Bisila Rosé; la plata, El Miracle Rosado, y el oro, Vegamar Rosado.
El Gran Premio Proava, máxima distinción del certamen, fue para Vega Medien Reserva elaborado por José Hidalgo en UVE.
Los asistentes al certamen pudieron degustar buena parte de estos cavas al estar presentes las firmas UVE, Gandía, Ladrón de Lunas, Coviñas, Vera de Estenas y Haya. Además de degustar cava, pudieron disfrutar de la actuación del grupo de jazz Abril, y visitar las Cuevas de la Villa, que mantuvieron sus puertas abiertas durante toda la celebración.
Tras un primer balance positivo realizado por la organización junto con las bodegas presentes en el evento, se plantea la próxima edición en julio de 2017 con algunas novedades que seguirán sumando notoriedad a un evento cuyo objeto es promover el consumo de cava en verano y dar a conocer Requena como cuna del cava valenciano.
Primera estación: éxito notable de Proava.
Segunda parada, Dénia
El domingo cambiamos el rumbo, para poner en el navegador Dénia como destino. Pero no sus playas, que también, sino para centrarnos en su mágico casco antiguo y todo lo que rodea el excelente producto que ofrece su bahía, especialmente la mítica Gamba Roja de Dénia.
Empezaremos por el alojamiento, L’Ànfora, en pleno paseo, frente a la terminal de Baleària que cubre los trayectos a las Islas Baleares. Limpio, correcto, cómodo, con un personal encantador y a un paso de todo lo que queríamos conocer de Dénia como pueblo. De ese del que presumen sus encantadoras gentes, alejados de las grandes aglomeraciones turísticas típicas de la costa.
Empezamos la visita por el Mercat del Peix. Es una tienda montada con mucha vista en la Lonja, abierta al público. El espectáculo para la vista cuando llegan las barcas al atardecer, es de los que se recuerdan. Lo mismo podemos decir del Mercat Municipal, una despensa espectacular, especialmente la zona del pescado, con únicamente cuatro ‘paradas’, pero realmente dignas de visitar. Viendo el género del que disponen en la localidad, caminamos hasta el casco antiguo, a los pies del Castillo, alejados de la primera línea de costa.
Callejeando llegamos hasta La Cuina de Pepa. Se ubica en la Plaza Mariana Pineda, perfecta para los que viajen con menores. El trato espectacular, pero la comida lo es más, y a un precio más que razonable. Cuentan con un menú en el que presentan una ensalada de espectaculares dimensiones, un surtido de croquetas caseras de bacalao, jamón o gamba roja y cigalas a la plancha. De segundo se puede elegir entre arroz a banda, fideuà, o meloso de boletus y cigalas. Los postres también de vicio. El precio por comensal 12,90 euros, lo que te da margen para probar recomendaciones como el Pulpo guisado, especialidad más que recomendable; la fritura de pescado de Dénia o las gambas a la plancha. De verdad que vale la pena. Hay muchos y afamados restaurantes en la localidad, el más notable El Poblet, pero Dénia, en su casco antiguo, cuida notablemente su gastronomía. Como debe ser.
Otra sorpresa agradable para los que son de carta de vinos es la enorme nobleza con la que la trabajan, encontrando referencias de todas las zonas productoras, pero especialmente los vinos valencianos. Desde Requena a Els Alforins y, por supuesto, Alicante. Desde blancos a tintos, pasando por los cavas. Sencillamente brillante.
Al salir apetece un paseo por la zona marítima. Espectaculares las vistas, a pie del Montgó, presidiendo todo lo que en Dénia ocurre. El tiempo pasa deprisa. La playa de Les Marines también merece visita. Regreso a donde anclamos, L’Ànfora.
Por la noche seguimos una recomendación. Visitamos La Bodega del Puerto. Es un lugar de Vinos y Tapas que embruja. Referencias, las que pidas, y a precios más que razonables para que el cliente pueda comprar. Las tapas selectas, el complemento ideal. Un lugar perfecto para cambiar de tercio, sin bajar un ápice la calidad.
Y así ha sido nuestra ruta. Únicamente nos hemos quedado con un pero. Y es que sabemos lo interesante que hubiera sido poder unir ambas. Unas gambas de Dénia con un cava de Requena, es un matrimonio perfecto.
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