Mark O’Neill DipWSET
Fundador de The Wine Place
Como parte de mi rutina diaria durante el confinamiento, he estado leyendo mis viejos libros sobre vino, muchos de los cuales no había vuelto a mirar desde la época en que preparaba mis exámenes relacionados con el vino. En estos momentos estoy leyendo ‘Sherry’ (Jerez), escrito por Julian Jeffs. Se publicó por primera vez en 1961, y es considerado por muchos como la historia, descripción y reconocimiento definitivos de los vinos de Jerez. Estuve con su autor en varias ocasiones en eventos relacionados con el vino en Londres, y era fascinante oírle hablar, su conocimiento de la historia del Jerez era increíble.
La ciudad de Jerez fue probablemente fundada por los fenicios, que llegaron a Cádiz alrededor del 1.100 a.C. Ellos se adentraron hacia zonas del interior, huyendo del viento de Levante, que volvía loca a la gente. Aquellos que hayan pasado un tiempo en aquella zona sabrán que cuando sopla el viento cálido de Levante durante días, al final es espantoso. Probablemente fueron los griegos los que llevaron los primeros vinos a Jerez, alrededor de los siglos V o VI a.C. Los primeros vestigios confirmados de que hubo producción de vino a gran escala son de cuando llegaron los romanos. De hecho, el vino de Jerez se hizo tan popular en la Antigua Roma que los agricultores de lo que ahora es Italia no podían competir con él, por lo que en el año 92 d.C, el emperador Domiciano ordenó que se talaran todos los viñedos en Hispania. Sin embargo, no parece que ello se aplicara, porque a los romanos que vivían en Hispania les gustaban los vinos de Jerez.
Siguieron siglos de guerras y cambios constantes en los gobernantes. Curiosamente, durante la ocupación de los musulmanes, el cultivo de uvas para producir vino estaba permitido, aunque sujeto a un impuesto especial. La Historia muestra que muchos musulmanes, en contra de sus preceptos, bebían vino. Se dice que Al Motamid, conocido como “El Rey Poeta”, y último rey morisco de Sevilla, era famoso por su amor al vino.
A finales del siglo XIII, los cristianos expulsaron a los musulmanes. En los siguientes siglos, los vinos de Jerez se convirtieron en la base de un comercio de gran importancia. En la última parte del siglo XV, como consecuencia del declive de Venecia como punto estratégico entre el Este y las recientemente descubiertas Américas, comenzó una época dorada para la exportación del vino de Hispania, a través del Puerto de Santa María y el de Sanlúcar. De hecho, cuando Magallanes realizó la circunvalación de la tierra, gastó más en la adquisición de Jerez que en armas. Y puede afirmarse con seguridad que el primer vino que llegó a lo que hoy es Estados Unidos fue el Jerez.
Durante el siglo XVI, los acuerdos entre Jerez e Inglaterra siguieron aumentando, aunque existen registros de acuerdos con Inglaterra que se remontan al siglo XIV. Comerciantes ingleses, irlandeses y franceses se establecieron en Jerez para desarrollar nuevas rutas comerciales por todo el mundo. Shakespeare y otros escritores de la época escribieron sobre el ‘Sherry Sack’. El origen de la palabra ‘sack’ probablemente procede del verbo en español ‘sacar’. Aunque también puede derivarse del estilo del vino, que es seco. Sin embargo, en aquella época los vinos tendían a ser más dulces. Así que, ¡quién sabe! Hay un jerez muy famoso de Williams & Humbert, que se puede adquirir hoy en día, llamado ‘Dry Sack’.
Muchas de las marcas de Jerez más famosas toman sus nombres de descendientes de los primeros inmigrantes: Williams & Humbert (ingleses), Sandeman (escoceses), Domecq (franceses), Croft (ingleses), Garvey, Harvey, etc. De hecho, una de las primeras bodegas era propiedad de un irlandés llamado O’Neale. En la primera parte del siglo XVIII, su familia había escapado de la persecución de los ingleses, como muchos otros, y acabaron en Jerez. Me divierte cuando estoy en Jerez escuchar cómo allí pronuncian mi apellido, de la forma en la que están acostumbrados a hacerlo.
El vino de Jerez gozó de un gran boom durante la segunda mitad del siglo XIX. Durante sus buenos años, el éxito del Jerez hizo que hubiera una gran proliferación de vinos de inferior calidad de otros países, con la misma denominación. Un ejemplo fue ‘Hamburg Sherry’, de Alemania, hecho a base de melaza, alcohol, destilado de patatas y agua. Horroroso, pero barato. Al mismo tiempo, muchos de los productores de Sherry en Jerez se aprovecharon de su éxito para aumentar la producción, en detrimento de la alta calidad en la que se basaba la reputación del vino. Como consecuencia, dicha reputación y las ventas se vieron afectadas.
A comienzos del siglo XX, la filoxera destruyó los viñedos, por lo que los siguientes años fueron una catástrofe. No fue hasta los años 30 que el Sherry comenzó a resurgir, gracias a que se convirtió en una bebida muy popular en fiestas de cocktail. En los años 70 y 80 el Jerez, una vez más, se podía encontrar en cada carta de vinos de los restaurantes, en cada bar y en cada tienda de vinos en muchos países por todo el mundo. Después la moda cambió, la nueva generación de bebedores de vino quisieron otro tipo de bebidas, por lo que otra vez hubo un paulatino descenso en el consumo de Jerez.
El Jerez continúa siendo uno de los vinos del mundo hoy en día. Se aprecia un resurgir de los vinos de calidad Premium por parte de las marcas tradicionales que todavía están en el negocio. Si tienes la oportunidad te recomiendo que disfrutes de una copita de Jerez, un pequeño placer.
Se advierte al usuario del uso de cookies propias y de terceros de personalización y de análisis al navegar por esta página web para mejorar nuestros servicios y recopilar información estrictamente estadística de la navegación en nuestro sitio web.
0 comentarios en