Mª Carmen González
Todo el mundo conoce Sagrillas, el famoso pueblo albaceteño de Merche y Antonio, los Alcántara, protagonistas de la serie más longeva de TVE, ‘Cuéntame cómo pasó’. Y todo seguidor de la serie sabe del negocio familiar, una bodega que ha dado más de un quebradero de cabeza al matrimonio pero que acaba por convertirse en un anhelo compartido por todos; en símbolo de unión familiar y del regreso a las raíces, a la tierra madre que les llama y que de alguna forma les hace mantenerse ligados a ella.
La bodega de Sagrillas, llamada ahora ‘Alcántara Fernández e Hijos’, es el sueño de Antonio Alcántara. Unas 40 hectáreas de viñedo donde se cultiva monastrell, y de las que sale el vino de mesa de la familia ‘La Cruz de Sagrillas’ y “el bueno, el de la barrica”, ‘Milano’, el mote que cariñosamente utiliza Antonio para llamar a su mujer. Pero la bodega no es solo un negocio; simboliza el apego a la tierra, a las generaciones anteriores que la trabajaron y el deseo de demostrar que se puede triunfar sin verse sometido al poderoso del pueblo.
Esa bodega está en La Mancha, el viñedo más grande del mundo, concretamente en Sagrillas, pueblo cercano a la localidad albaceteña de Tobarra, famosa esta por su Tamborrada y su Semana Santa, y tierra de vinos, con caldos amparados por la DO Jumilla. Sin embargo, no busquen Sagrillas en el mapa porque no lo van a encontrar; no existe en la realidad, es una localidad ficticia. Las escenas del pueblo se ruedan en Arahuetes, Segovia, mucho más cerca de Madrid.
Sí que es real, sin embargo, la bodega, el sueño enológico de Antonio. Pero esta tampoco se encuentra en Arahuetes, sino en Bargas, muy cerquita de Toledo. Se trata de Finca Loranque, una bodega llena de encanto, rodeada de viñedos y atravesada por el cauce del río Guadarrama, y con mucha historia, que desde aquí invitamos a visitar.
Se trata de una típica casa noble toledana de labor construida a finales del siglo XVIII por los condes de Armildez de Toledo, en un lugar donde los documentos ya prueban la existencia de viña en el siglo XI. La familia quería elaborar vinos de calidad y decidió construir una bodega al ‘estilo francés’ de la mano de los arquitectos galos de mayor prestigio, que diseñaron un edificio de ladrillo mudéjar y tapial típicamente toledano, que se integra a la perfección en el terreno que la circunda, lleno de vid y olivos.
Estamos ante una de las bodegas más antiguas de Castilla-La Mancha, que tiene la consideración de Bien de Interés Cultural (BIC) debido a sus particularidades. Así, en su interior, destaca el artesonado original que recorre la nave de elaboración y de crianza, un bello ejemplo del uso de la madera en la arquitectura, que dota a la instalación de un aire señorial. Su molino de trigo del siglo XVIII ha sido reconvertido en comedor, mientras que la cuadra bicentenaria es ahora un salón para eventos.
La finca está rodeada de amplios jardines y en su nave de crianza reposa un parque de 700 barricas de roble francés, húngaro y americano, de diferentes capacidades y tostado.
Una visita a Finca Loranque es muy interesante para los amantes del vino, ya que además de probar sus buenos caldos y de visitar sus viñedos e instalaciones, se pueden realizar diferentes actividades, como cursos de cata, catas maridadas, posibilidad de elaborar un vino propio, paseos en globo, paintball…
Además, se puede gozar del encanto de pasear por un lugar lleno de historia, que perteneció a los condes de Floridablanca (adquirieron la bodega en 1865) y que fue visitado en numerosas ocasiones por Alfonso XIII, y también por los lugares en los que Imanol Arias, Ana Duato o Juan Echanove han dejado su impronta interpretando a Antonio, Merche y Miguel. Tuvo el honor, además, de acoger al gran Fernando Guillén en su último papel como actor.
El encanto de Finca Loranque, que pertenece en la actualidad a la familia Díaz Bermejo, puede verse en las diferentes secuencias de la serie. Os dejo mi favorita: una escena de la vendimia, en la que los personajes entonan la ‘Canción de los Vendimiadores’, un poema de Miguel Hernández musicado por Jarcha. (No os la perdáis a partir del minuto 08.04).
…. “Enriquezco tu mano
cortando uvas
cubiertas por los soles
y por las lunas.
¡Ay si quisieras
que cortara tus besos
con mis tijeras!..
Se te olvida lo duro que puede llegar a ser la vendimia. Dan ganas de coger un capazo, pañuelo en el pelo, corquete en la mano y ponerse a recoger uva. “A la vendimia niños, vendimiadores. A la vendimia niño, van mis amoreeeeesss…”
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Un comentario en
miguel colmenarejo el 5 diciembre, 2023 a las 5:05 am:
bodega sera de miguel colmenarejo gonzalez sindrome dowm