Jaime Nicolau
Llega la noche del año en la que el cava luce sus mejores galas y, a dos días de ello, se armó el Belén, nunca mejor dicho. El Ministerio de Agricultura ha accedido a la petición de la DO Cava de restringir las nuevas plantaciones de variedades para cava. Este hecho perjudica notablemente el crecimiento de regiones que se encuentran fuera de Cataluña y en las que se puede elaborar cava, especialmente Requena y Extremadura. En Requena se ha pasado en 5 años de 1,5 millones de botellas a más de 7 y las previsiones hacían presagiar un incremento constante para los próximos años que ahora queda en el aire.
Y el Ministerio ha dado el paso a medias, pues la petición del Consejo Regulador era para 3 años y el Ministerio ha accedido, como si del fútbol se tratase, a uno revisable cada año. El final de todo esto es que la Comunidad Valenciana y Extremadura, las dos regiones fuera de Cataluña dónde más cava se produce, ya están negociando una postura común que va a terminar llevando al Ministerio a los tribunales. Y es fácil que se sume Aragón. Carambola perfecta de la DO Cava, pues es el Ministerio el que sale «movido en la foto». Es la guerra entre el libre mercado o el control de un consejo regulador creado para eso. ¿Quién tiene razón?, pues los tribunales lo dirán.
Como les hemos venido contando el Consejo Regulador del Cava argumenta una plantación abusiva y exceso de oferta, mientras la alargada sombra del veto a los productos catalanes aparece detrás del asunto con dimensiones desproporcionadas. Sea cual fuere la realidad que se esconde detrás de todo este conflicto, lo más preocupante es la enorme cantidad de viticultores que ya han comenzado la reestructuración del viñedo y que esta decisión del Ministerio deja fuera de juego.
Sólo en Requena esa inversión supera los 20 millones de euros y, de confirmarse la decisión del Ministerio en los tribunales, va a suponer la ruina absoluta para viticultores y viveros, con el agravante de que cuentan con el respaldo para esa reestructuración de la Conselleria de Agricultura. El Ministerio no los ha tenido en cuenta pero los gobiernos de Extremadura y la Comunidad Valenciana van a salir en su defensa. Podemos estar ante un «revival» de lo vivido en la década de los ’80, cuando el Tribunal Supremo dio la razón a los llamados «padres del cava valenciano» que lograron tumbar a la DO y al Ministerio y que Requena fuera reconocido como municipio para la elaboración de Cava. Desde luego «guerra habemus».
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