Jaime Nicolau
Desde que sus inventores destaparan el proyecto hace unos meses el denominado, no entramos en si bien o mal, vino azul está dando mucho que hablar. Sus creadores son conscientes de que han puesto de uñas al sector más tradicional del vino y han sorprendido a la parte más vanguardista. Pero el ejemplo sirve para transmitir valores que quizás entre todos hemos olvidado. El vino es una bebida/alimento asociada al disfrute, como puede ser la cerveza o ese refresco que todos tienen en mente. Recuerdo a Pepe Hidalgo, enorme enólogo y responsable del boom del cava valenciano haciendo la siguiente reflexión: «Tú no ves a nadie en un bar con amigos agitando y oliendo una caña. Hemos complicado demasiado el mundo del vino para el consumidor de a pie». Y en estas retomo el tema del vino azul. No sé qué catalogación tendrá finalmente, pero sí que es una bebida derivada del vino, con un 11,5% de alcohol, al que unos innovadores han modificado matices como el sabor, en busca de que sea lo más agradable posible. Y además es azul. Vamos a profundizar un poco en esta bebida que ha creado una revolución por lo irreverente que resulta.
Dos años de investigación y la ayuda de dos organismos de tecnología alimentaria han sido necesarios para que un equipo de seis jóvenes españoles cree y comercialice el primer vino azul del mundo. Con un sabor más dulce y un característico color azul índigo, definen Gïk como suave y apto para cualquier paladar. Y es que, tal y como afirman sus creadores, el vino azul no se adapta al gusto de expertos catadores ni entendidos del sector, sino al de personas normales. Es dulce y fácil de beber, con un sabor accesible a todos.
Así, mientras todas las variedades de vino existentes se aferran a normas tradicionales sobre cuánto, dónde y con qué comidas beberlos, Gïk carece de reglas. Se bebe en el momento, lugar y situación que apetece.
Respecto a su elaboración, gracias a la flexibilidad que ofrece utilizar un proceso que cambia el color y el sabor, el vino azul se produce y embotella en distintas bodegas y utiliza diferentes tipos de uva, incluso mezclando tintas y blancas, por lo que carece de Denominación de Origen. Puede comprarse a través de su página web, www.gik.blue, y está disponible en cuatro formatos diferentes (una, dos, seis o doce botellas) cuyo precio por unidad varía en función de la cantidad elegida.
Asimismo, cuentan con un apartado exclusivo para negocios, llamado Business Zone, en el que los profesionales pueden registrarse para conseguir precios especiales, material promocional e información.
Detrás de la marca comercial se esconde un concepto mucho mayor que explica la existencia del producto, ya que sus creadores defienden que Gïk “no es un vino azul, sino la representación de lo que más nos mueve: la rebeldía creadora”. Es por eso que uno de sus propósitos más claros es ayudar y animar a que las personas creen e innoven en cualquier disciplina que suscite su interés creativo (música, arte, moda, etc.).
Respecto al equipo, la empresa está formada por seis veinteañeros sin ningún tipo de tradición vinícola o relación con el sector. No tienen oficina fija, pues están en contacto 24 horas al día a través de su smartphone, internet y su buzón de correo electrónico, herramientas que se han convertido en su oficina real.
Puedo estar de acuerdo con los puristas en no compartir las formas con excentricidades como el color, pero también creo que es una lección al mundo del vino dirigido al público no entendido y, sobre todo, a los jóvenes a los que especialmente en España el vino no les engancha.
Se advierte al usuario del uso de cookies propias y de terceros de personalización y de análisis al navegar por esta página web para mejorar nuestros servicios y recopilar información estrictamente estadística de la navegación en nuestro sitio web.
3 comentarios en
inga el 27 enero, 2016 a las 5:59 pm:
Me parece fantástico que haya gente innovadora,atrevida y un tanto revolucionaria. Animo!!!!
eduardo mestres mataro el 28 enero, 2016 a las 10:30 am:
todo lo que sea innovar en el mundo del vino es interesante , necesitamos que lo jovenes entren en este mundo.Los puristas o entendidos muchas veces si se callaran y aceptaran que el consumidor no necesita de tantos entendidos y lo que realmente necesita es que le guste , estoy ansioso para poderlo probar porque para poder saber catar la unica forma de aprender es catando.
Jaime Nicolau el 29 enero, 2016 a las 7:44 am:
Completamente de acuerdo!!!!