Jaime Nicolau
Acaba de pasar Fitur, la Feria Internacional del Turismo. En ella las Comunidades Autónomas, ciudades y pueblos de España muestran lo que son capaces de ofrecer para enamorar al turista. Dentro de la parcela que nos ocupa, el turismo del vino, la Comunidad Valenciana hizo, es opinión, agua. No es productivo ir a una feria así únicamente a servir copas de vino y poco, muy poco, más. Y es cierto que poco a poco las instituciones van viendo el potencial del sector, pero quizás están equivocando a través de quién lo vertebra. Viendo la oferta enológica en el certamen nos damos rápidamente cuenta de que nadie ofrece el enoturismo en la Comunidad Valenciana como un conjunto de ofertas con la calidad necesaria. Bueno sí, las bodegas y con carácter individual porque están cansadas de que otros lancen por ellos ofertas de mucho menor calidad y que nunca podrán competir con lo que hacen otras zonas, algunas de ellas con menos medios, menos dinero y peores comunicaciones. Y esta opinión no es en vano, pues la lanzo desde el cabreo que me produce ver el enorme potencial que tiene esta Comunidad en materia de enoturismo, por las instalaciones de las bodegas, la gastronomía, el clima y las comunicaciones que tenemos. Y convencido de que o nos ponemos las pilas o, una vez más, dejaremos pasar una oportunidad que ni pintada.
En el otro lado de la balanza se sitúan claramente las bodegas que son capaces de ofrecer. Una de las más dinámicas en la materia es Chozas Carrascal. Y como ejemplo queremos contarles lo que viene. Seguramente estemos ante una de las firmas que más visitas recibe durante el año y una de las más coquetas de la Comunidad Valenciana, además de contar con unos vinos excepcionales.
Pues hace ya un tiempo que la bodega decidió unir la cultura del vino con la música con Ocho Vinos, Ocho Conciertos. Pues los próximos 4 y 5 de febrero sigue la magia. En la antigua sala de barricas de Chozas Carrascal el sábado 4 será el turno de Iris Azquinezer, violonchelista que entrelaza música y palabra, tiempo e intención, a través de los preludios compuestos para chelo solo a lo largo de la historia por J. S. Bach, S. Gubaidulina, G. Cassadó, E. Bloch e I. Azquinezer.
Para el domingo 5, el turno queda para Zaruk, el dúo compuesto por la violonchelista Iris Azquinezer y el guitarrista alemán Rainer Seifert, que presentará su nuevo disco “Hagadá”. Zaruk hace una lectura de la música sefardí que se basa en melodías que han pasado de generación en generación de forma oral, mezclándose con los instrumentos.
Una visita anterior al concierto y una cata con aperitivo después, completan la acción en ambos casos. El concierto comienza a las 12:00 h, aunque la cita es a las 11:00 h. El precio es de 30 euros o de 50 si se reservan los dos días.
Esto es enoturismo de calidad. Esto son experiencias únicas. Es el camino para que el enoturismo sea de verdad un pilar para las bodegas valencianas, pero hay que prescindir de las ofertas mediocres que nada aportan, y atraen a un turista que nunca se fideliza. Es opinión también sí, pero después de hablar con unos y ver lo que hacen otros. Y la mayoría lo suscriben.
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