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Enhorabuena

José Antonio López
A todas las personas que han conseguido, un año más, que nuestras Fiestas sean de las más grandes del mundo.

No es fácil, no crean.

Miles de visitantes se acumulan en nuestra ciudad en muy poco tiempo y con muchas ganas de pasarlo bien. Hay que saber estar y, sobre todo, mantener el tipo cuando uno lleva muchas horas de trabajo y otros no hacen más que divertirse.

He estado en la calle recorriendo bares, restaurantes y hoteles que es lo que me toca. Los pubs los dejo para otros compañeros.

Si les soy sincero me ha sorprendido, gratamente, lo que he encontrado.

Da gozo ver cómo las terrazas están, llenas. Los restaurantes con todas sus mesas ocupadas, los bares con la barra que por un milagro desconocido, se amplía hasta la calle. Alegría y satisfacción entre los clientes.

Trabajo responsable entre los profesionales de los locales.

He comprobado que no ha bajado el nivel de atención en ningún momento. Ha habido comprensión por ambas partes cuando se han producido horas punta y ha habido que esperar un poco.

Se ha cuidado la limpieza, la higiene y la conservación de los alimentos que, en estas fechas hay que tratar con más cuidado.

La oferta gastronómica y de ocio ha sido espectacular. Desde la más sencilla hamburguesa de “comer y andar” hasta los más exquisitos platos de nuestra gastronomía.

La reina, indiscutible, la paella y me enorgullece poder decir que, en los sitios que he visitado, se ha mantenido el tipo. Al menos ya no vemos cosas raras dentro de una paella que ostenta el título de “valenciana”.

Se ha desplegado todo el maravilloso abanico de almuerzos que son orgullo de nuestra tierra.

He compartido momentos con una familia extranjera que se dejaba los ojos detrás de ese bocadillo de blanco y negro con habas, botella de vino y gaseosa, aceitunas y cacaos.

Se echaban las manos a la cabeza preguntándose dónde se mete todo eso a las 10 de la mañana. No se creían cuando les dije que aún faltaban los carajillos y, posiblemente, algún que otro chupito.

Me hubiese gustado acompañarles a alguna carpa de casal fallero para que conocieran la realidad de la amistad, el cariño, la ilusión, el trabajo y la grandeza de las comisiones pero no ha podido ser.

Siguiendo con mis acompañantes hemos comido, eso sí, a la hora de ellos, y hemos tenido unos platos muy variados y dignos a precios asequibles y normales. Hablando con los responsables de los locales me comentaban que no subían los precios en fiestas.

Piensan que “el cliente debe estar bien y debe volver, por lo que el trato y los precios son los de siempre”. Me alegro.

No quiero olvidarme de que sí hay “algunos” que aprovechan las aguas turbulentas.

Por favor, si conocen alguno, díganlo. La gran mayoría está trabajando para conseguir que nuestra ciudad sea referente y permanente lugar de ocio y no podemos consentir que “cuatro algunos” por decir algo, empañen la magnífica labor de todos.

He andado por nuestra Valencia en compañía de buenas personas y me he sentido orgulloso de la ciudad y de sus gentes a las que pertenezco. Sirva este espacio para agradecer y dar la enhorabuena a todos los que hacen posible que miles de visitantes dibujen una sonrisa permanente en su rostro y se lleven el corazón lleno de recuerdos inolvidables.

Esas gentes que, con su dedicación, van a conseguir que esos miles de visitantes, vuelvan y disfruten de nuestra hospitalidad.

A todos. Enhorabuena.

P.D. No se confíen. Estas dos últimas Trituradoras han sido tranquilas, pero, cuidado, volvemos a la carga la próxima semana.

Sean felices.