Texto e imágenes: Mª Carmen González
La ciudad de Valencia ‘esconde’ no pocos ejemplos de antiguas estructuras relacionadas con el vino. Si hace un tiempo les hablábamos de la bodega más antigua de la ciudad, del siglo XIII, y hace escasas fechas, del hallazgo de una bodega de finales del siglo XV-principios del XVI en la rehabilitación del complejo de Bombas Gens, hoy queremos rescatar de un anonimato bastante generalizado, los lagares medievales para la elaboración de vino de dos alquerías del barrio de Marxalenes: la de Félix y la de Barrinto.
En estas alquerías de los siglos XIV y XV, recuperadas e integradas hoy en el Parque de Marxalenes, encontramos infraestructura en muy buen estado de conservación para la elaboración de vino y que, además, pueden ser visitadas.
Sí, en esta zona ya se elaboraba vino hace más de 500 años. Este era un espacio de huerta, fuera del recinto amurallado de la ciudad, cercano al río Turia, al convento de la Zaidía, y atravesado por la acequia de Rascanya. Una zona de alquerías en la que se cultivaban hortalizas, cáñamo, frutas, morera, olivos, trigo y otros cereales. También se plantaba la viña, mayoritariamente de riego, para elaborar vinos para el autoconsumo y el comercio a pequeña escala.
Las alquerías o casas agrícolas de esta zona –y de otras- solían disponer de lagares para la elaboración de vino. Uno de estos se conserva en la alquería de Barrinto, una construcción originaria del siglo XIV y que sufre una gran transformación en el XV, cuando se añaden espacios relacionados con la producción agropecuaria, como el lagar o ‘trull’.
En Barrinto encontramos dos grandes balsas circulares (cups) para el pisado de la uva. Son bastante profundas (1’60-1’80 metros), están obradas y revestidas de baldosas de arcilla un poco curvadas. En la parte superior de estas balsas se colocaba una plataforma de madera y cañas sobre la que se chafaba la uva a pie. El mosto caía en el fondo de la balsa y se dejaba fermentar allí durante 24-48 horas.
Tras esta primera ‘bullida’ o fermentación en la balsa, el líquido salía por un pequeño orificio existente en la base de la balsa y caía a una balsa más pequeña –cubella- situada a un nivel más bajo. Aquí, según nos cuenta Víctor Algarra, uno de los arqueólogos que trabajó en la recuperación de restos de la alquería, se cree que bajaba una persona y recogía, en cántaros o botas, el vino.
Cada una de estas dos grandes balsas circulares está unida a una rectangular más pequeña, de menos de 1×1 metros, a las que se accede por unos escalones. Desde aquí, se recogía el vino y se almacenaba en toneles o tinajas y se depositaba en la bodega o ‘celler’ -que no se pudo encontrar en las obras de rehabilitación de Barrinto- hasta su estado óptimo y consumo o venta.
Dadas las dimensiones de las balsas y de la propiedad en general, en Barrinto se produciría bastante vino, aunque este se destinaría mayoritariamente al autoconsumo de los habitantes de la alquería o al comercio a pequeña escala. Hay que tener en cuenta que existían muchos lagares en lo que hoy es Valencia.
Otro de ellos se encuentra muy cercano a Barrinto, en la alquería de Félix, ubicada también en el Parque de Marxalenes. En este caso encontramos dos balsas más pequeñas y rectangulares –y algo más antiguas, de principios del siglo XV– unidas, con base de ladrillo. De cada una de ellas sale un caño por el que el vino caía a otra balsa más baja de decantación, de donde se recogería. En este caso, la uva se pisaría directamente sobre la balsa, y no sobre esa estructura de cañas sobre la que se hacía en Barrinto.
En la actualidad, la alquería de Félix es un centro de interpretación ambiental del Ayuntamiento de Valencia. En el recinto se ha recreado una laguna, para conocer su fauna y flora. En el interior de la alquería, además del lagar destacan las estructuras que se usaban para criar gusanos de seda, andanas conocidas como ‘llits de cucs’.
Tanto los lagares de Barrinto como los de Félix estuvieron en pleno rendimiento hasta finales del siglo XVII. Posteriormente, se anularon.
ALQUERÍA DE BARRINTO
La de Barrinto es una importante alquería, convertida en casa señorial de recreo, que en el siglo XVI contaba con 48 hanegadas (3,9 hectáreas) de tierra de huerta a su alrededor, cifra que solo alcanzaban un reducido número de propiedades de la huerta de Valencia. Sus inicios como alquería se remontan al siglo XIV, pero será a finales del siglo XV cuando sufra una gran transformación, a la que se añadirán otras reformas en siglos posteriores. En la actualidad, la alquería se ha recuperado y alberga la Biblioteca Municipal Joanot Martorell.
Numerosos detalles nos dan muestra de la importancia de esta construcción, que fue propiedad de la famosa familia de los Figuerola, señores de Náquera. Así, detalles decorativos como canes policromados en las vigas, las yeserías de las puertas, los ‘festejadors’ de las ventanas o los pavimentos de cerámica, nos recuerdan que Barrinto fue mucho más que una explotación agropecuaria; fue la residencia de recreo de una familia acaudalada.
La alquería dispone de diferentes alturas. Un gran arco– por donde entraban los carros- da acceso al vestíbulo. Desde allí llegamos a una cocina de principios del siglo XIX, con su hogar y su pozo. En esta planta baja, a la izquierda, podemos ver también una de las balsas de vino.
En el entresuelo encontramos un comedor o cambra principal, con ventanales en los que destacan los poyos o ‘festejadors’ de finales del siglo XV, y el suelo de cerámica, en este caso una reproducción del original, que se encontraba muy deteriorado. Otras estancias completan esta interesante alquería que, previa solicitud, puede ser visitada.
Sí que es de acceso libre la parte izquierda de la alquería, la que hoy ocupa la biblioteca, siempre teniendo en cuenta los horarios y el silencio que debe reinar en las salas. En esta zona, entre libros, encontramos un arco apuntado y, descendiendo unos metros, la segunda balsa de vino, junto a una antigua columna de la alquería.
A pocos metros de esta alquería se encuentra la antigua fábrica de Bombas Gens, en la que también se ha encontrado una bodega medieval que podrá ser visitada dentro de unos meses.
Vino, cultura y arte en un Marxalenes desconocido.
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4 comentarios en
Perrz el 6 julio, 2017 a las 12:51 pm:
Muy interesante. Espero que en algún momento se pueda recuperar
Ruben Lopez el 7 julio, 2017 a las 9:19 pm:
Muy interesante y necesario conocer nuestro patrimonio más inmediato. El que se encuentra a pie del barrio Marxalenes
Mari Angeles Reyes Aguilar. el 13 julio, 2017 a las 1:53 am:
Me encanta la obra que han hecho.conservando su historia y sobre todo la fachada ( preciosa) pero quisiera me informaran para poder visitarlo pues me han comentado que hay que pedir cita. A donde? Muchas gracias .
Mª Carmen González el 14 julio, 2017 a las 11:51 am:
Hola, Mª Ángeles. No sé si te refieres a la alquería de Barrinto o a Bombas Gens. Para visitar la alquería tienes que concertar la visita en la Biblioteca Joanot Martorell de Marxalenes. Te dejamos el teléfono (96.348.32.69) y el mail bjoanotmartorell@valencia.es
Si lo que quieres es visitar Bombas Gens, 963 463 856, debes dirigirte a ellos directamente. No obstante, su bodega medieval aún no puede visitarse.
Esperamos que te sea de ayuda.
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