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El helado, un vicio ‘confesable’ del séptimo arte

Mª José Núñez Garrido

Al rico helado de piña para el niño y la niña… Sí, eso lo decía un famoso personaje de Barrio Sésamo, y con esa archinombrada frase nos hemos quedado para siempre. Pero, ¿y en el cine? Ahora que llega el buen tiempo, el sol, las ganas de degustar un delicioso helado en una terraza… Mi cinematográfico cerebro no ha podido aguantarse las ganas de recrear aquellas escenas del mundo del celuloide que nos han mostrado a sus personajes disfrutar de este veraniego y refrescante manjar.

Es difícil acordarse de fragmentos concretos de películas que nos ofrezcan una buena imagen con un contundente helado y que nos acordemos de ello para siempre. Sin embargo, calentándome la cabeza, teclado en mano y con un polo de hielo congelándome la lengua, he podido dar con seis estupendas secuencias, de las que estoy segura que os acordaréis. Y si no, aquí estoy para refrescaros, nunca mejor dicho, la memoria:

En ‘Come, reza, ama’, una de mis películas gastronómicas favoritas –como ya os habréis dado cuenta en artículos anteriores– una alegre y despreocupada Julia Roberts saborea con gusto una tarrina de exquisito helado italiano, sentada en un banco junto a dos monjas que están ejecutando exactamente la misma acción. Recordad que el momento de chupeteo de cucharilla –con glamour, por supuesto– fue utilizado como cartel publicitario de la peli.

Y es que… ¿acaso existe algo mejor que disfrutar de un vicio tan sano como el helado a solas con uno mismo? Y si en vez de cucharitas son cucharones y en lugar de una tarrina un helado tamaño XXL, pues mucho mejor. En ‘El Diario de Bridget Jones’, su inestable protagonista da buena cuenta de ello cada vez que tiene un desengaño amoroso. Sus mejores amigos en esos duros momentos: su sofá, su manta, su pijama de no dejarse ver… y su Ben & Jerry’s. Todas y todos tenemos una Bridget en nuestro interior.

Cambiando de registro, y teniendo en cuenta lo bonito y especial que es para un niño comer helado, la tierna e inolvidable película de animación ‘Up’ recrea un instante que se podría extrapolar a cualquier momento de nuestra infancia, con el anciano protagonista y el niño sentados en un bordillo tomando un helado y viendo pasar coches. Momentos dulces compartidos con helado en mano. Ternura a raudales.

Otra escena infantil pero de carne y hueso con el helado como estrella invitada es el super ‘ice-cream’ triple que se pide Macaulay Culkin en ‘Solo en casa 2’ al alojarse en el hotel Plaza de Nueva York. Un poco recargado para mi gusto pero, ¿qué niño no habría hecho lo mismo?

Por otra parte, los dos helados que lleva Tom Hanks en ‘Forrest Gump’ mientras está convaleciente en el hospital tras su herida de guerra forman uno de los muchos simpáticos momentos del film. Primero, porque a pesar de su lesión, él está feliz porque le dan todo el helado que él pide. Y después, porque le ofrece uno a su buen amigo, el Teniente Dann, y este, inmerso en su tristeza, lo coge y lo tira a la basura. Sin embargo, gracias a la alegría y positividad de Forrest, renace y sigue adelante. ¡Todo lo que tenga que ver con esta película me emociona!

El helado también tiene un papel importante en la pastelona ‘El diario de Noah’. ¿Quién no se acuerda de los románticos momentos de boca manchada de helado que acaban en beso?

Serendipity’ no es una película que me marcara especialmente. Me pareció ñoña y poco acertada la elección de los actores protagonistas, por su inexistente química. Pero si algo me hace olvidar que Kate Beckinsale y John Cusak son una sosa pareja de comedia romántica, es el bonito nombre de la heladería, una excusa perfecta para hablar de la ‘serendipia’ entre ellos, aparte de la gracia de que esa cafetería existe, y parece ser que sus helados y sus postres, en general, son fabulosos.

Y para cerrar este dulce, sugestivo y apetecible repaso por el helado en el séptimo arte no podíamos cerrar de manera más elegante y majestuosa que con una Audrey Hepburn haciéndose pasar por plebeya y gozando de una reconfortante libertad tomando helado en la Plaza de España de la ciudad eterna. ¿Dónde? En ‘Vacaciones en Roma’. Seguro que muchos habéis querido emularla. De momento, nos conformaremos con sacar el helado del congelador y sentarnos en la humilde escalinata del portal de casa. Ecco!

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