Mark O’Neill
El Riesling, uno de los vinos blancos más antiguos y elegantes del mundo. Es adorado por unos y mal interpretado por otros. Se trata de una de las variedades más versátiles, capaz de producir vinos dulces o secos, pero siempre con una característica propia, su alta acidez. Independientemente del estilo, un buen Riesling es un vino cuyos parámetros están equilibrados.
Según el escritor de vino británico Stuart Piggot, La primera evidencia documental de Riesling data del 1435 y está vinculada a Kloster Eberbach, un monasterio en el Rheingau, una de las zonas vitivinícolas más prestigiosas de Alemania.
Desde Alemania, el Riesling se extendió a países vecinos como Austria y Francia. Más recientemente, el Riesling alcanzó otras zonas como Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Estados Unidos, Argentina e incluso España, donde también se puede encontrar, aunque en pequeñas cantidades.
Lo más característico de este varietal es que se trata de una variedad muy aromática, en la que normalmente diferenciaremos aromas que nos recuerdan a frutas blancas, manzanas, peras, albaricoques, frutas tropicales y miel o incluso pétalos de rosa, acompañados de una distintiva mineralidad. Otro aroma característico del Riesling son las notas a gasolina o brea, sobre todo en los vinos que hayan pasado por un período de envejecimiento. El estilo del vino va a estar principalmente determinado por la localización de las cepas, la composición de los suelos y la influencia del clima local.
La legislación alemana, responsable de los términos que identifican cada tipo de vino embotellado, no nos lo pone nada fácil y cuesta tiempo llegar a familiarizarse con la terminología: Trocken, Kabinett, Spätlese, Auslese, Beerenauslese y Trockenbeerenauselse.
Básicamente, estos términos se refieren al grado de madurez de las uvas en el momento de la vendimia, que no necesariamente a la dulzura y/o calidad del vino. Las uvas de Kabinett son de cosecha temprana, cuando las uvas apenas han alcanzado su madurez; Spätlese se refiere a una vendimia algo más tardía, cuando hay presencia de azúcares naturales debido al grado de madurez del grano, y Auslese se refiere a una vendimia tardía.
Los malentendidos se producen, por lo general, cuando el consumidor interpreta que la calidad está regida por la jerarquía en la clasificación.
Una zona de Francia muy famosa por la calidad de sus Rieslings es Alsacia. En este caso, los vinos dulces correspondientes a una cosecha tardía se identifican en el etiquetado con “Vendage Tardive” y uno de los más famosos es “Clos Sainte Hune” de Trimbach.
Los Rieslings elaborados en el Nuevo Mundo, entre los que estarían los australianos, neozelandeses y estadounidenses, tienden a tener un estilo más seco, con pronunciados aromas, y una boca en la que predominan las frutas maduras. El Valle de Clare, en el suroccidente de Australia, produce unos Rieslings cuya calidad es reconocida a nivel mundial.
El Estado de Washington, en Estados Unidos, también tiene una gran reputación como productor de Rieslings de calidad.
Los Rieslings maridan bien con cualquier tipo de comida, pero son especialmente recomendables para acompañar platos picantes, ya que la combinación semidulce con alto grado de acidez neutraliza la agresividad del picante en boca.
Riesling que haya catado recientemente y pueda recomendaros:
Mark O’Neill DipWSET fundador de TheWinePlace.es
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