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Débora. (Mala Hierba)

Desde Telde, en Las Palmas de Gran Canaria, vino volando Débora, una prometedora cocinera que ejerce su trabajo, y lo hace bien, en el Restaurante Mala Hierba, en la calle Vicente Sancho Tello.

No pueden equivocarse. Conforme entren al restaurante, se van a encontrar con la cocina abierta al público donde se ve todo lo que se hace, y se admira cómo lo hacen. Nada está prefabricado. Todo al momento. El tiempo de espera, breve, vale la pena.

Fernando, el padre de Débora ama la cocina pero influye poco en su hija. Ella va por otros caminos hasta que se reúne con unas amigas que le invitan a cocinar. Es ahí, donde descubre una afición que se convertirá en pasión en muy poco tiempo.

Con nueve hermanos tiene tiempo de practicar y a lo grande. Tiempo que le falta para querer. Cuando la oyes hablar es como una sinfonía que te invita a mantener conversación. Breve. Notarás que vuelve a su trabajo. Se fija las gafas para no perder detalle y se pierde entre sus fogones en busca de lo nuevo y que, posiblemente, sea eterno.

Se ha juntado con un gran equipo que comparte la filosofía de “hacerlo todo en el momento”. Lester sonríe cuando hablamos de ella. Ella se alegra cuando hablamos de su equipo.

Pocas personas he visto tan humilde y tan grande.

Ama ambas tierras y ambas culturas culinarias. En la que nació y la que ahora le acoge. No sabemos si será por mucho tiempo, pero estamos seguros de que siempre tendremos en nuestra memoria y apreciaremos ese trocito de corazón que la canaria Débora nos regala cada día.

Es, por sus valores profesionales y humanos, nuestra amiga entrañable.

Salúdenla y disfruten de su alegría. Está en la cocina del restaurante Mala Hierba. La verán nada más entrar.

Eso ya lo hemos dicho.

Pero nos gusta repetirlo.