Mark O’Neill
Hay muchos tipos de catas. Sin embargo, las más interesantes son las verticales y las horizontales. Espero que no estés pensando que empezamos de pie y terminamos tumbados; es el típico chiste fácil que hacen algunos de mis amigos…
Una cata vertical es aquella en la que catamos vinos de diferentes añadas y del mismo productor. Las constantes en este tipo de cata son: misma bodega, mismos viñedos, mismo coupage. Parece mentira que un vino que proceda del mismo sitio y que haya sido elaborado con las mismas cepas, pueda cambiar y ser tan diferente con el paso del tiempo.
Me invitaron a participar en una cata vertical que organizaba Luca Bernasconi de El Celler del Tossal con unos cuantos amigos. Había grandes chefs de la cocina valenciana, importantes enólogos y reconocidos restauradores y, como yo, todos amantes de los buenos vinos. La bodega elegida era Clos Rougeard de Saumur, Francia. A mucha gente puede que este nombre no le diga nada, pero es una bodega de culto, una de esas cuyos vinos son joyas difíciles de conseguir. Todos los restaurantes 3 Estrellas Michelin de Francia tratan de incluirlos en sus cartas, pero simplemente no hay suficiente producción para todos.
Catamos desde la añada 2005 a la 2011. Todas bien diferenciadas, en las que la climatología había dejado su huella. Saumur es una zona de clima frío y la Cabernet Franc requiere cierta habilidad.
Otra cata vertical a la que asistí recientemente fue la de Gramona, uno de los más prestigiosos elaboradores de cava de España. Los cavas más antiguos que catamos presentaban cierta evolución oxidativa en aromas, con una boca suave y una burbuja cremosa. En contraste, en las añadas más recientes destacaban los sabores a bollería, pastas y unas burbujas vivas y bien integradas. Una cata para los sentidos.
Una cata horizontal es aquella en la que se catan vinos del mismo año, de la misma región y elaborados con el mismo varietal, pero todos ellos de distintos productores. Las diferencias residen en los particulares estilos de elaboración y las características propias de cada viñedo.
Para que lo entendamos, en una cata horizontal no cataríamos un Sauvignon Blanc 2016 de Rueda junto con, por ejemplo, otro de Francia y otro de Nueva Zelanda del mismo año. Esta cata podría ser también muy interesante, pero no es una cata horizontal.
Las catas horizontales sirven para evaluar la calidad y estilos de una zona en particular en una añada determinada. Así pues, estas catas son muy populares en zonas prestigiosas como Burdeos, Borgoña o Rioja. Con este tipo de catas se consigue evaluar y calificar la calidad de una añada concreta en una zona determinada.
Ya sea una cata vertical u horizontal, la idea es aprender sobre los factores que influencian al vino y son muy útiles a profesionales y aficionados. Además, es una manera estupenda de educar el paladar.
Así que ya sabes, otra buena excusa para reunirte con unos cuantos de tus amigos y organizar tu propia cata, vertical u horizontal. Seguro que es divertido y si necesitas ideas, siempre puedes consultarme. Estaré encantado de echar una mano.
Mark O’Neill DipWSET fundador de TheWinePlace.es
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