Jaime Nicolau
La llegada de Toni Sarrión a la presidencia de Grandes Pagos de España ha traído consigo cambios de estrategia más que perceptibles en esta asociación de bodegas que aglutina 28 firmas de las más destacadas del panorama vinícola español. La primera de ellas es acercar la asociación a la calle, contando el enorme trabajo que hacen durante todo el año en la promoción y divulgación de la cultura del vino, del vino español, y de auto exigencia entre los asociados para mantener el listón muy alto allá por donde van, que son muchos rincones del mundo.
Un giro en el timón de Grandes Pagos de España que se antojaba necesario y en que el propio Sarrión ha involucrado a personajes como Pepe Mendoza, que es el responsable de la Red de Conocimientos, uno de los pilares más importantes para GPE a través de la que los técnicos comparten informaciones y tendencias con el objetivo de saber todo lo que se mueve en el sector con un enriquecedor modelo.
Junto a ella, notable peso tiene también el Comité Externo de Cata, con Juancho Asenjo al frente. Se trata de la herramienta que autoexamina a las bodegas de la asociación, con un altísimo nivel de exigencia para que nadie baje la guardia. A las bodegas que muestran interés por formar parte de GPE las examina el Comité de Admisiones. Aquella firma que no alcanza en una cata los 16 sobre 20 puntos, no presenta sus vinos en los eventos de la asociación hasta la siguiente cata. De nuevo máxima autoexigencia y cero relajación. Si estuviéramos hablando de fútbol: «a la nevera».
Actualmente entre las 28 bodegas que la conforman hay 4 consideradas artesanas, con menos de 40.000 botellas de producción, 14 pequeñas, con menos de 200.000 y 10 medianas, con más de 200.000 botellas. Nunca más de 500.000 botellas.
Dentro de esta filosofía la asociación se ha propuesto realizar presentaciones itinerantes a prensa y profesionales del sector como la vivida el pasado lunes en Mustiguillo. Las normas, muy claras: breve presentación de lo que es la Asociación y sus diferentes líneas de trabajo y una cata de 12 vinos entre los que nunca estarán los de la bodega anfitriona.
La cata en Mustiguillo
Tras una breve exposición de la filosofía de GPE, siempre buscando la tipicidad, respeto al origen de la finca, vinos singulares basados en el suelo y el clima, comenzó una cata de 12 referencias de la asociación. Lo más interesante es que ninguno de los vinos dejaba indiferente. Todos a un altísimo nivel. Comenzó el desfile con Gramona III Lustros 2009, un cava espectacular. Fillaboa, Selección Finca Monte Alto 2015, Belondrade y Lurton 2013 de Belondrade y Can Ràfols dels Caus con su Xarel·lo Pairal 2012 completaron una primera línea de lujo. Enorme este último. De Cataluña a Galicia, pasando por Rueda para volver a Cataluña.
Llegaron los tintos y empezamos por el centro de España con Los Acilates 2014 de Palacio Quemado. Viajamos al sur con Pago El Espino 2014 de Cortijo Los Aguilares, en las Sierras de Málaga. Nordeste y Sureste estuvieron representados por Secastilla 2012, de la firma del mismo nombre, Signo Bobal 2012 de Finca Sandoval, y Estrats 2012 de Cérvoles. Alonso del Yerro 2013 de Ribera del Duero y Emeritvs 2010 de Marqués de Griñón Family Estates completaron un espectacular grupo de tintos, muy diferentes y tremendamente atractivos.
Cerró la cata Tío Diego de Valdespino, DO Jerez, que dio paso a una comida en la que los sabores potentes de la orza o el gazpacho, una delicia de manos de la familia Sarrión, fueron acompañados, ahora sí, con vinos de Vallegarcía, Enrique Mendoza y Mustiguillo.
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