Jaime Nicolau
Lejos de querer entrar en polémicas y viéndolo desde la tribuna, como el resto de españoles que viven fuera de Cataluña, soy de los que piensa que el espectáculo proporcionado por los políticos con «el referéndum» catalán ha sido dantesco. Los de allí y los de aquí. Me quedo con las palabras llenas de sentido común del presidente de Freixenet, José Luis Bonet, y de los empresarios españoles, que han demostrado claramente que éstos están muy por encima de la clase política, bajo mínimos en el referido sentido, el común. Y es que algo tendrá que decir el importante sector vinícola catalán en todo esto. Que estén pensando en un ‘plan B’ si continúa tensándose la cuerda de la independencia es para que más de uno se lo hiciera mirar. Y es que Freixenet y otras firmas de cava, por ejemplo, ya han tenido que sufrir en anteriores etapas un ‘veto’ a sus productos en el resto de España que ha supuesto muchos millones de euros para las firmas.
El presidente de Freixenet y la Cámara de Comercio de España, José Luis Bonet, aseguraba que «hay empresarios que tienen un plan B» si las elecciones del próximo domingo derivan en la independencia de Cataluña. Así lo asegura en una entrevista en la revista ‘Tiempo’, recogida por Europa Press. El empresario catalán defiende que, si se independiza Cataluña, esta comunidad, España y Europa irían «a peor». «Yo respeto a quien dice que se quiere separar aunque yo no lo crea, pero está claro que la independencia supone una serie de descalabros económicos tanto para Cataluña como para España y Europa misma«, afirma.
Al margen de las convicciones personales de cada uno, las suyas como «catalán, español y europeo», Bonet recalca que la independencia tiene unas «consecuencias económicas» que, a su juicio, están claras y cree que es «importante» que los empresarios trasladen a sus trabajadores y colaboradores.
Y a su juicio, está claro: «Desde nuestro punto de vista, en el mismo momento en que Cataluña se separe quedará automáticamente fuera de la UE. Por tanto, tarifa exterior común, por un lado. Desaparecerá también todo el marco de tratados que se están utilizando hasta que se vuelvan a negociar… Todo esto sería francamente malo», ha afirmado. Freixenet no tendría «más remedio» que adaptarse, como le pasa «siempre» a una empresa, aunque prevé que se dejarían «muchas plumas en el camino».
Por el momento, asegura que el proceso ya afecta «de alguna manera» a la recuperación económica, como le ocurre a su empresa cuando le dicen que le «hacen boicot». Bonet señala que esta «amenaza» de boicot demuestra que «es evidente que hay presión», pero asegura que no es «insostenible» y recalca que, aunque eso no le gusta, su «obligación» es explicar a la gente lo que piensa.
A juicio del empresario catalán, en esta crisis ha faltado y «sigue faltando» diálogo, cuando «hay mucho de lo que hablar». En su opinión, en Cataluña hay cosas que «arreglar», pero eso «no justifica que se quiera romper». De esta manera, cuando se le pregunta si cree en una ‘tercera vía’ para Cataluña, apunta que le parece bien si implica dialogar. «Si la tercera vía significa discutir las cosas, a mí que me apunten. Hay que hablar para buscar soluciones», remacha.
En definitiva, que voces autorizadas como ésta no deben ser desoídas. De hecho la firma ya ha hecho notables inversiones en otras zonas productoras, con un espectacular éxito empresarial. Así que blanco y embotella. Si siguen siendo empujados a tomar su «Plan B», lo harán. Dialoguen, si es que les llega el sentido común para hacerlo.
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