Anne Cannan: “Se debería fomentar la cultura del vino desde casa y desde la escuela”

Christopher Cannan junto a su hija Anne Cannan.

Mª Carmen González
Anne-Joséphine Cannan es la responsable de la bodega Clos Figueras en el Priorat. Enóloga y sumiller, es hija de Christopher Cannan, fundador de Europvin y uno de los expertos más reconocidos del mundo en el sector del comercio internacional de vinos. Sus estudios y los quehaceres profesionales de la familia le han hecho vivir en diferentes partes del mundo, conocer las diferentes formas de hacer vino y trabajar en bodegas de varios continentes. Se puede decir que ha mamado la cultura vitivinícola desde pequeña; un mundo, el del vino, que ahora, ya de adulta, se ha convertido en su gran pasión.

Apasionada y entendida, considera que el vino es algo más que una bebida; forma parte de nuestra cultura, de la idiosincrasia de un pueblo, y, como tal, habría que acercarlo al público joven y fomentar su conocimiento desde pequeños, en casa e incluso en el colegio. “¿Por qué no en la escuela? Se ve el vino como si fuera alcohol y realmente es algo más; hay una historia detrás. No creo que sea malo saber cómo está hecho”, comenta al respecto.

Anne cree que es bueno familiarizar a los niños con el mundo del vino ya desde pequeños. Por eso, en su bodega de Gratallops sirven zumos con diferentes tipos de uva, como la xarel.lo o la garnacha, entre otras, para que los más pequeños puedan ‘catarlos’ y empezar a descubrir un mundo apasionante.

Llegó en 2008 a Clos Figueras, aunque la relación de los Cannan con el Priorato viene de mucho antes. “Mi padre es importador de vinos, basado en Burdeos, y a principios de los años 80 probó un vino de Escaladei, del Priorato, por cuatro dólares. Le encantó y decidió hacer la distribución de esta bodega en los Estados Unidos”. A finales de los 90, comenzó también a distribuir los vinos de René Barbier y algunos otros del Priorat en el país americano, después de que el prestigioso Robert Parker los probara y le gustaran mucho.

Precisamente fue René Barbier quien en el año 97 comunicó a Cannan que había una finca “preciosa” en venta en el Priorat y el padre de Anne “se lanzó” a la aventura de hacer vino en un terreno que había estado descuidado durante años. En el 2000 los Cannan sacaron los primeros vinos, el Font de la Figuera, y el Clos Figueres. Le siguieron, ya con la presencia de Anne en la bodega, el Serras del Priorat y el Font de la Figuera blanco.

Desde entonces, Clos Figueras ha crecido mucho: elaboran también un vino dulce, aceite virgen extra de la DOP Siurana, y la pequeña bodega que ocupa el lugar de un antiguo gallinero se ha convertido también en restaurante, vinoteca y habitaciones donde realizar una experiencia enológica completa.

P. ¿Qué tiene el Priorat para haberos quedado definitivamente aquí?
El Priorat tiene un potencial para hacer vinos muy especiales y, además, el entorno enamora, es muy salvaje, muy bonito. El respeto que hay por la naturaleza en esta zona es increíble.

P. ¿Qué diferencia Clos Figueras de otras bodegas del Priorat?
Bueno, antes se hacían vinos un poco más rústicos en el Priorat y nosotros siempre hemos tenido la idea de hacer vinos más elegantes. Quizás influya el tener un padre inglés.

P. ¿Cuál ha sido la apuesta más arriesgada de Anne Cannan en Clos Figueras?
Sin duda, hacer Serras del Priorat, porque era un vino para llevar la contraria. Cuando yo llegué al Priorat todo el mundo decía que los vinos eran potentes, de mucha extracción, que había mucha madera, y que era muy difícil de combinar con cualquier plato y se necesitaba un buen jabalí. Entonces dijimos de hacer algo más en la fruta, menos barrica, menos extracción.

Al principio te decían que esto no era el Priorat, pero poco a poco la gente entendió que Priorat no tiene que ser todo igual, que al final cada uno tiene su manera de hacer vino y no es menos Priorat porque tenga menos extracción o barrica.

P. ¿Te ves reflejada en tus vinos?
En la mayoría sí, especialmente en Serras, porque es un vino más joven, más simpático, menos serio.

P. ¿Es importante reflejar la personalidad del paisaje o de su elaborador en un vino?
Es primordial que refleje el terroir, el suelo, la licorella, que sepas de dónde viene el vino. Luego, cada artista firma su cuadro, y ahí está que cada uno tiene su gusto. Al final haces vinos que te gustan a ti, primero, y con suerte le gustan luego a más gente.

P. ¿Qué proyectos tiene en mente Anne Cannan para Clos Figueras?
De momento, nada específico. El año pasado inauguramos las habitaciones y ahora estamos limitados en tema de espacio y también de viñas, que no tenemos más. El proyecto está ahora en ver por dónde podemos tirar, igual comprar una finca nueva y algún día hacer una garnacha vieja al 100%. Me gustaría.

P. ¿Se considera Anne Cannan una de las damas del vino?
Dama suena a muy mayor, más bien una chica del vino, ja, ja. Ahora hay más interés entre las mujeres y más interés por vinos de mujeres. Aquí hacemos cada año, en mayo, una feria de mujeres productoras del Priorat e invitamos siempre a una productora de otra DO. La idea es hacer, en un nuevo proyecto para Alimentaria, una cata de mujeres a nivel más nacional. A ver si lo conseguimos.

P. Para ir acabando…, ¿cómo ve el sector del vino en la actualidad?
Creo que está creciendo y que hay un mayor interés. El problema del Priorat es que son vinos caros, porque hay mucha mano de obra detrás de un vino, porque son terrazas, porque la producción de cada cepa es limitada. Entonces durante la crisis ha sido un poco difícil el consumo de vinos de precio alto. Pero ahora se ve que desde septiembre de 2015 ha empezado un poco a avanzar nivel nacional. A nivel internacional hace un poco más que el Priorat ha vuelto a tener éxito. 2015 fue un trampolín y esperemos que 2016 sea ya perfecto.

P. Recientemente, Clos Figueras celebró su 15 aniversario. ¿Cómo calificaría la trayectoria de la bodega en este tiempo?
Ha sido increíble. Cuando empiezas un proyecto te puedes imaginar lo mejor, pero ha sobrepasado a lo mejor que te podías esperar, sobre todo para mi padre, que el proyecto es suyo. Yo he añadido ideas. Siempre ha tenido las ideas muy claras, pero no creo que se imaginara que luego estuviera aquí su hija haciendo el vino, con habitaciones, restaurante… No nos podemos quejar, hemos hecho más de lo que hemos soñado.

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