Alto de Inazares, una bodega sin miedo a las alturas

Jorge Corella

Los viñedos son uno de los cultivos más sensibles a las variaciones, de hecho solo la estabilidad de precipitaciones, temperatura y cuidado pueden garantizar, en cierta medida, una añada acorde a lo esperado. Sin embargo, las familias Prieto-Pina y Pina-Jover han conseguido que su bodega, Alto de Inazares, sea la excepción a la regla. ¿El motivo? Sus viñedos están ubicados a 1.373 metros sobre el nivel del mar, lo que le convierte en el viñedo más alto de Europa continental.

Esta historia tiene lugar en el pequeño pueblo murciano de Inazares y cuenta el proyecto de unas familias que decidieron apostar hace ya más de 10 años, allá por el 2010, por un paraje natural e inalterado, dando lugar a lo que hoy es parte del viñedo más alto de la Europa continental. En este enclave situado en el noroeste de la Región de Murcia, en la frontera con Albacete y Granada, la firma Alto de Inazares trabaja con las variedades pinot noir, syrah, viognier y chardonnay, y en otras parcelas también la monastrell.

La bodega ofrece unos vinos de parcela con la mínima intervención humana, y que a pesar de ser totalmente independientes al no configurarse dentro de ninguna DO, los productos de la bodega sí cuentan con su certificación de Vino Varietal y viñedo ecológico. Las viñas sometidas a condiciones extremas han dado lugar a unos vinos de gran calidad caracterizados por su frescura, sus aromas frutales, florales y la inconfundible impronta del terruño. Dadas las características de los vinos, las producciones son muy limitadas y exclusivas.

La bodega, además de trazar sus propios límites sobre la capacidad de adaptación de los viñedos, también ha innovado en la construcción de las propias instalaciones de la marca. Los Prieto-Pina y los Pina-Jover al encontrarse con el problema de no poder contar con un château para poner en marcha el proyecto vinícola, decidieron apostar por contenedores marítimos para construir la bodega. Esta idea les reportó beneficios en varios aspectos. En primer lugar era una opción sostenible, y además, les permitía crear una estructura modular, de manera que se podrían añadir más contenedores según el crecimiento de la producción.

Sin embargo, aunque teóricamente era una gran opción, en la aplicación real se tuvieron que realizar ciertos trabajos previos antes de su puesta en marcha. Estos esfuerzos fueron dirigidos a aspectos de limpieza, pintura, instalación eléctrica, revestimiento exterior con madera para mimetizar la bodega en el paisaje y la regularización de la temperatura interior.

Viticultura heroica

Alto de Inazares es una bodega que pertenece a la asociación de productores de Vinos Extremos CERVIM, debido a las especiales cualidades de sus viñedos y vinos.  Evidentemente, además de la temperatura, los contrastes y las precipitaciones, el hecho de que los viñedos se ubiquen en capas tan altas provocan que las uvas tengan que soportar muchos contratiempos como el granizo o la presencia de fauna salvaje.

Uno de los factores que hacen único a este viñedo es el hecho del terreno en el que echa raíces: la roca madre caliza de 250 millones de años de antigüedad (Jurásico). Esto provoca que la capa que se puede trabajar y labrar es mínima -de unos 20 centímetros-, obligando a la cepa a profundizar sus raíces entre las fisuras de la roca en busca del frescor que se almacena en su interior.

Algunos de sus vinos más destacados son el Monastrell 2019, el Mulato 2020 o el Pinot Noir 2021, La destreza de todos estos vinos reside en su capacidad de tener un punto de acidez, pero también destacan por su frescura, sus aromas frutales, florales y la inconfundible impronta del terruño.

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