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140 años de historia, emoción y vino: el «milagro» de Bodegas Vicente Gandía

20 mayo, 2025

Texto: Mar Lafuente / Fotografía y vídeo: Vicent Escrivà

Un día cargado de emoción, recuerdos y orgullo. Así fue la celebración del 140 aniversario de Bodegas Vicente Gandía el pasado miércoles 14 de mayo. Rodeados de familia, amigos, profesionales del vino y medios de comunicación, el evento fue más que una efeméride: fue una declaración de amor al vino valenciano y a todo lo que representa. “Hoy celebramos un milagro”, decía emocionado Javier Gandía, cuarta generación al frente de la bodega, “es un miracle, como una de nuestras marcas, haber llegado hasta aquí”. Porque llegar tan lejos no ha sido cosa del azar, sino del esfuerzo, la visión y la capacidad de adaptarse sin perder el rumbo. 

La celebración tuvo lugar en El Telar de Miguel Martí, un espacio mágico que combina historia y vanguardia. “Nos parecía un lugar idóneo porque representa justo lo que somos: innovación y tradición juntas, con un perfil innovador que hace cosas creativas”, aseguraba Javier. Y, sin duda, fue el escenario perfecto para presentar los nuevos vinos premium que marcan la dirección de una bodega inconformista, decidida a seguir rompiendo barreras y atrevida para posicionar los vinos de la Comunitat Valenciana en lo más alto.

Y es que ese espíritu no solo se refleja en Javier, sino que recorre toda la sangre de la familia Gandía. Fundada por su bisabuelo en 1885, Bodegas Vicente Gandía ha sido testigo de guerras, crisis, revoluciones tecnológicas y culturales, y, aún así, ha sabido mantenerse firme, creciendo, adaptándose y liderando. Su padre, don José María Gandía, fue un auténtico pionero, no solo por sentar las bases de lo que hoy es la empresa, sino también por haber sido el primero en embotellar vino en la Comunitat Valenciana con su icónico Castillo de Llíria en 1971. Hoy, la bodega trabaja bajo cuatro denominaciones de origen valencianas (Utiel-Requena, Valencia, Alicante y Cava), está presente en 95 países y se ha convertido en una de las grandes locomotoras del vino valenciano. Lo es no por volumen únicamente, sino por su filosofía: calidad, marcas sólidas y precios honestos.

Con las emociones a flor de piel, Javier dio la bienvenida dedicando el día a sus padres: “Mi padre me enseñó el amor por las cosas bien hechas, pero también quiero dedicarle este día a mi madre. Gracias a ella, mi padre pudo construir todo esto”. Tras sus palabras, llegó uno de los momentos más conmovedores del día con el discurso de Marisol Gandía, hermana de don José María, accionista de la bodega y miembro del consejo de administración. Ella es la única persona que ha convivido con las cuatro generaciones implicadas en el proyecto familiar. Su intervención estuvo llena de anécdotas, sentimientos y agradecimientos, fue “muy auténtica y muy emotiva”, confesaba Javier.

Una celebración en la que no podía faltar el alma y la razón de ser de la bodega: el vino. Para esta ocasión tan especial, prepararon un maridaje con cinco de las últimas creaciones de la bodega que forman parte de su ambicioso proyecto de premiumización. Una estrategia que iniciaron hace unos años con el objetivo de elevar el prestigio de la bodega, elaborando vinos de alta gama que reflejan el carácter, la calidad y la personalidad mediterránea de sus viñedos. 

La presentación más técnica de estas cinco joyas enológicas corrió a cargo del enólogo de la bodega, Diego Morcillo, quien destacó lo que supone formar parte de la familia Vicente Gandía: “Es una mezcla de orgullo, responsabilidad, nervios y satisfacción. Saber que formas parte de, probablemente, la bodega más importante de la historia vitivinícola de la Comunitat Valenciana, pone los pelos de punta”. La parte más sensorial y poética la ofreció el sumiller Maximiliano Bao, quien confesó: “Es un placer, una diversión y una alegría poder comunicar estos vinos con total libertad, contar sus bondades, y entender que esta historia no termina, sino que continúa”. 

La cata comenzó con Bobal Brut, elaborado como un blanc de noirs, con método tradicional y dos años de crianza en rima. Una burbuja fina, notas de fruta y frutos secos y elegancia en boca: “Un espectáculo para empezar”, en palabras del sumiller Maxi Bao. Le siguió Ceramic Rosado 2023, un monastrell delicado, sutil y fragante, perfecto con salmón, ideal para acabar con los prejuicios y elevar las variedades tradicionales. Continuó Sauvignon Blanc Ceramic 2023, con fermentación en madera y tinaja de barro, fruta tropical y recuerdos de arroz con leche. Un vino que, como dijo Bao, “tocaba el cielo del paladar”. El protagonista absoluto fue Clos de Gallur Black, el vino conmemorativo del 140 aniversario, una edición limitada de altísima gama que, en palabras de Javier, “rompe una nueva barrera en el mundo del vino valenciano”. Un coupage de tempranillo, syrah y cabernet sauvignon que representa la visión más ambiciosa de Vicente Gandía. “Un vino redondo, elegante, esplendoroso”, dijo Bao, que lo probó con pularda y chocolate. Un vino con precio elevado, sí, pero con una calidad que justifica cada céntimo. Y, por último, cerró la presentación Bobal Dulce Natural, elaborado al estilo ice wine, con 110 gramos de azúcar perfectamente equilibrados por la acidez. Una caricia dulce para el final, que armonizó con foie y suquet de setas con trufa.

Bodegas Vicente Gandía ha demostrado que el tamaño no está reñido con la excelencia, ni la tradición con la osadía. “He luchado contra la idea de que una bodega grande no puede hacer grandes vinos. Eso es falso”, aseguraba Javier. “También es falso que sólo unas pocas variedades pueden alcanzar la excelencia. Hoy hemos presentado vinos con uvas autóctonas que son de altísima calidad”. La bodega cree firmemente que el consumidor está preparado para descubrir vinos de la Comunidad Valenciana de altísimo nivel, y ellos están decididos a abrir ese camino.

Quizá por eso, y por muchas cosas más, este aniversario no fue una celebración cualquiera. Fue un homenaje a quienes soñaron primero, a quienes tomaron decisiones valientes, a quienes trabajaron cada día en la viña, en la bodega. Fue un brindis por el pasado, pero sobre todo por un futuro ambicioso y profundamente valenciano. Porque si algo ha demostrado Bodegas Vicente Gandía en 140 años, es que con visión clara y amor por lo bien hecho, todo milagro es posible. Y este, sin duda, lo es.

Un comentario en 140 años de historia, emoción y vino: el «milagro» de Bodegas Vicente Gandía

Juan Roberto el 25 mayo, 2025 a las 8:44 pm:

Toutes mes félicitations pour ce texte «clair, net et précis» . .et surtout Bon vent, bonne réussite, Javi, à cette magnifique entreprise . . je ne sais plus quoi dire de plus !!

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