Gastronomía

Es curioso. En ocasiones, pasas por un sitio, observas un establecimiento y hay algo que te atrae de él. No me refiero a sus grandes rótulos ni a sus despampanantes decoraciones, ni a nada por el estilo. Hay sitios, lugares, establecimientos… como quieras llamarles, que te atraen por su sencillez.

La mezcla de tradiciones entre la típica cocina italiana y el aire urbano de nueva York que propone San Rocco es el punto fuerte de este restaurante alicantino.

Esta es una de esas noticias que da gusto dar. Al menos por un día al año, no hablamos de gastronomía ni de servicio al cliente ni de cambios de carta. Tampoco hablamos de los nuevos propósitos para el año próximo… sí, hablamos, de premios.

Una de las grandes pasiones de la mayoría de los humanos es viajar. Cultura, conocimientos, contrastes… Desgraciadamente no todos podemos realizar este sueño.

Hacía tiempo que no me sorprendía por algo tan grato. Era cliente de Ciro, antes de que fuera lo que es, y me ha llenado de nostalgia encontrarme con que, apenas ha cambiado nada.

Sin duda se ha convertido en uno de los restaurantes de moda de nuestra ciudad. Se habla, y bien de él, hasta en los círculos más exigentes.

Algo tendrá el agua cuando la bendicen.

Es reconfortante comprobar cómo hay personas que saben cómo conquistar sus metas sin importarles el esfuerzo y manteniendo la ilusión y una humildad que les hace grandes.

Este es uno de los sitios donde hay que ir más de una vez. Hay tanto por disfrutar que merece la pena invertir el tiempo necesario hasta descubrir lo que se cuece entre bambalinas. Con todo, el 534 no deja de ser una sorpresa continua.

No ha sido por casualidad. Kike y su equipo llevan trabajando mucho tiempo invirtiendo gran cantidad de horas, incluso de sus días libres, en pos de una meta que les llevase a conseguir algo totalmente diferente a lo que estamos acostumbrados. A fe cierta que lo han conseguido.

Denominación de Origen: Empordà. Garnatxa (28%), Merlot (27%), Cabernet Sauvignon (19%), Syrah (13%), Samsó (9%), Monastrell (4%). Para la elaboración de este vino, Perelada utiliza uva de 3 de sus fincas en el Empordà, de condiciones geológicas diversas. La heterogeneidad de suelos de esta región es única y permite elaborar vinos con una amplísima gama de matices.