El Guardián de la Viña

Dice muchas veces mi amigo y PERIODISTA David Blay que esta es la profesión con más intrusismo del mundo. Vamos la que más charlatanes y farsantes acumula por metro cuadrado. Tiene razón.

Muchas veces perdemos energías en querer explicar cosas que se visualizan mucho mejor con un ejemplo concreto. Cuando hablamos de vincular el mundo del vino a la tipicidad, exclusividad y la elegancia en todas las materias, también en enoturismo, hay ejemplos que actualmente ya sirven para mostrar el camino. Y es que eso viene a ser cada año la Fiesta Blanca de Hispano Suizas.

Ya sabéis los que nos seguís que procuramos huir de polémicas y más cuando éstas son cíclicas. Ya está aquí la vendimia y, lo que para algunas asociaciones agrarias tiene pinta de «cosechón de calidad», para los enólogos es un año complicado de narices. Un año de andar con sumo tacto. Un año de no dormirse en los laureles.

Cada año, desde hace ya 71, Requena celebra su Feria y Fiesta de la Vendimia como preámbulo a la campaña de recolección del mágico fruto de la vid. Los tiempos, el cambio climático y, sobre todo, la llegada del cava a la localidad valenciana, ha hecho que estas fiestas ya no sean estrictamente el pistoletazo de salida a la vendimia, pues son muchas las bodegas que llegan a ellas en plena campaña. Es lo de menos, lo de más es visitar este bello municipio del interior de la provincia de Valencia.

Hace unos días contábamos las cifras de ventas de cava y champagne, muy parejas pero con victoria en número para el primero pero en margen de beneficio claramente para el segundo. Junto a esas cifras dábamos también las del Prosecco italiano, que sumaba las mismas que las dos anteriores juntas. Ahora una nueva variable se suma a esta compleja ecuación de los espumosos, pues parece que ha llegado para quedarse el método ancestral, la «otra» opción para elaborar espumosos de calidad.